Economía

Y se acabó el crecimiento: todo lo que 2008 se llevó

La reelección del PSOE puso a este partido nuevamente al frente de una de las mayores crisis del país, que se corrobora con el crecimiento incesante del paro, y que pone en tela de juicio unos Presupuestos cimentados en unas previsiones sobredimensionadas.

Año de cambio económico, pero de continuidad en lo político. El pasado 9 de marzo fue reelegido presidente del Gobierno el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Pero lejos quedó una mayoría absoluta: finalmente, el PSOE obtuvo 169 escaños y el PP, con un tocado Mariano Rajoy, que fue cuestionado hasta su revalidación en el congreso interno de junio, logró 154 diputados. A partir de ahí, tras una investidura sin compromisos parlamentarios, el Gobierno tendrá que enfrentarse a cuatros años de pactos puntuales para sacar adelante cualquier ley. La primera necesitada de apoyos: los Presupuestos de 2009, que finalmente salieron adelante in extremis gracias a PNV y BNG,

En su equipo económico, Zapatero volvió a confiar el lugar más destacado, una vicepresidencia y el Ministerio de Economía y Hacienda, al conocido -e histórico- Pedro Solbes. También hubo espacio en su gabinete para caras nuevas y no tan nuevas. Zapatero confió el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a Miguel Sebastián y a Celestino Corbacho fue a parar la complicada cartera de Trabajo e Inmigración, en un momento en el que el mercado laboral también vive otro gran punto de inflexión: España pasó de crear tres millones de puestos de trabajo en la anterior legislatura a ser uno de los países líderes en destrucción de empleo.

Con estas premisas y tras reconocer, pasadas las elecciones, el impacto de la crisis internacional en España, a lo que había que sumar la crisis inmobiliaria interna, el Ejecutivo empezó a poner en marcha en abril -críticas sobre su celeridad y eficacia aparte- un conjunto de medidas que ha ido completándose hasta finales de noviembre. En conjunto, el Plan español para el estímulo de la economía y el empleo gira en torno a cuatro grandes ejes que condicionarán la estabilidad presupuestaria: modernización de la economía y apoyo a familias y empresas, al sistema financiero y al empleo.

Medida estrella anticrisis

El último paquete anunciado responde a la que ha vuelto a convertirse en la primera preocupación para más del 70% de los españoles, según el CIS: el paro. La medida estrella para fomentar el empleo es el Fondo de Inversión Pública en el ámbito local, al que el Ejecutivo destinará 8.000 millones para ejecutar "obras inmediatas". Pretende crear 200.000 puestos de trabajo entre 2009 y 2010.

Zapatero ya ha anunciado que la generación de puestos de trabajo, en un volumen "muy estimable", se notará en marzo. Mientras, las previsiones apuntan a tasas del 17 por ciento de paro en 2009. Además, el Gobierno confía en crear otros 100.000 empleos a partir de los 3.000 millones que destinará a sectores estratégicos como I+D+i, automoción, medioambiente, servicios sociales (entre ellos dependencia), rehabilitación de casas cuartel y viviendas. Es la fórmula elegida por el Gobierno para intentar frenar una escalada del paro que se ha disparado este año en todas las autonomías: en sólo un año (entre los meses de noviembre de 2007 y 2008), el desempleo aumentó en 894.796 personas.

Después de ocho meses de subidas consecutivas, el número de desempleados se situó en 2.989.269 personas, la mayor cifra desde 1996. Por sectores, la construcción es, en términos relativos, la actividad que más ha acusado la subida del paro: el número de desempleados ha aumentado un 106,7%, lo que se traduce en 268.464 parados más en doce meses. En los servicios se acumulan ya 445.895 parados más que hace un año; en la industria, 100.609 personas y en la agricultura, 31.212 nuevos parados.

Tampoco ha sido un buen año para la afiliación a la Seguridad Social. En los últimos doce meses, el número medio de afiliados se ha reducido en 671.772 ocupados, con lo que la tasa interanual permaneció en negativo por sexto mes consecutivo. También aquí el sector del ladrillo acumula una importante caída de 454.182 personas en un año. Zapatero insiste una y otra vez en que no habrá recortes en las prestaciones, además de que las pensiones están garantizadas hasta 2023.

En materia laboral, el Gobierno también ha puesto en marcha bonificaciones a la contratación fija de parados o la ampliación al 60% de la capitalización por desempleo.

Ayudas a familias y empresas

Otro de los paquetes pasa por ayudar a unas resentidas economías familiares y empresariales a las que, además, las entidades financieras empezaron a restringir el crédito una vez constatadas las dificultades reales. A esto se unió un IPC que empezó el año en el 4,3% y que llegó a situarse en el 5,3% en julio arrastrado por un petróleo en máximos. Pero de ahí en adelante comenzó una bajada (también paralela a la evolución del crudo) que no ha terminado: lo situó en noviembre en el 2,4%. Aparece aquí el temido fantasma de la deflación.

También la subida del euribor ha lastrado los bolsillos de los ciudadanos este 2008: el 2 de octubre el índice al que se revisan las hipotecas de la mayoría de los españoles a doce meses alcanzó un máximo del 5,526%. Diciembre cerrará por debajo del 3,6% dando un respiro a las economías domésticas, que lo notarán en sus actualizaciones en hasta 800 euros anuales.

La situación de las empresas a lo largo del año no ha sido mejor: en un año se han disuelto un 26% de sociedades y se han creado un 32% menos. A este respecto, el Gobierno ha puesto en marcha líneas ICO para apoyar el acceso al crédito por 35.000 millones en 2009.

Entre las medidas de estímulo fiscal, el Gobierno calcula que se han retornado a familias y empresas hasta 16.500 millones gracias a la devolución de 400 euros en el IRPF -promesa estrella de la campaña electoral-, la reducción del Sociedades o el cheque-bebé, a lo que se sumará la supresión de Patrimonio en 2009. Son muchas el resto de medidas, pero el Ejecutivo ha hecho especial hincapié en las ayudas a la banca por las que se comprometerán recursos por importe de 250.000 millones a partir del Fondo de Adquisición de Activos Financieros, dotado con 30.000 millones ampliable a 50.000, y con un plan de avales del Estado por valor de 100.000 millones este año y otros 100.000 el próximo.

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