El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pronuncia su último discurso del estado de la UE ante el Parlamento Europeo. La cámara se disolverá el próximo abril de cara a las elecciones del mes siguiente.
El luxemburgués se centra este año en "poner la casa en orden para que Europa vuelva a golpear por encima de su peso". Para ello, Juncker presenta casi una veintena de propuestas, según los documentos a los que ha tenido acceso elEconomista. Y entre ellas se cuelan algunas ideas que podrían alterar la tregua alcanzada recientemente con el presidente estadounidense, Donald Trump.
Porque el jefe del Ejecutivo comunitario tiene la mirada puesta en terminar con el dominio absoluto del dólar en los mercados globales. Para Europa, este control representa una decisión política que expone su debilidad, como ha experimentado por ejemplo con la salida de EEUU del pacto nuclear con Irán, y la amenaza de sanciones de Washington a quien mantuviera relaciones con Teherán.
Las fuentes consultadas ponen como ejemplo que, a pesar de que Europa solo importa el 2% de energía de EEUU, pagamos el 90% de la que compramos en dólares (a todos los exportadores menos a Noruega).
Por eso la Comisión quiere enmendar la situación empezando por nuestros socios energéticos. Y el primero podría ser nuestro principal vendedor: la Rusia de Putin. "Cuanto más grande, mejor", explican las fuentes diplomáticas.
Pero no es este el único frente de actuación que Juncker propone para que Europa gane influencia más allá de sus fronteras. También quiere ganar eficiencia en la política exterior ganando agilidad. Para ello pide que se rompa la unanimidad necesaria entre los Estados miembros para actuar en temas de derechos humanos, de política de sanciones o de misiones civiles.
Acento global
Las fuentes diplomáticas explican que el contexto global ha sido el gran marco que ha condicionado la agenda de propuestas de Juncker para este año. Su discurso llega condicionado por las turbulencias provocadas por las embestidas de Trump al multilateralismo; y por el entendimiento con otros socios como China y Japón. En este contexto Juncker aspira a una mayor influencia para el bloque comunitario, o más "soberanía europea" como describen los diplomáticos europeos consultados.
Pero la UE continúa bloqueada por numerosos desafíos internos, como es el asunto migratorio. Este tema continuará ocupando un lugar importante entre las 18 propuestas que presenta hoy Juncker.
Como se esperaba, el luxemburgués llega a la Eurocámara con los detalles para "federalizar" la nueva guardia de fronteras y guardacostas europeos, y para reforzar la agencia de la UE para el asilo. Presenta estándares comunes para las expulsiones de los inmigrantes indocumentados, y también ideas para mejorar las maneras legales para la llegada de trabajadores foráneos a territorio europeo. Además, quiere que más fondos comunitarios sean utilizados para apoyar a los Estados miembros en las devoluciones de los inmigrantes sin permisos.
Para tratar los problemas de la inmigración de raíz, el jefe del Ejecutivo comunitario presenta igualmente un paquete de África. Sin embargo, está basado más en acuerdos comerciales y de inversión, en vez de las grandes sumas que piden desde el Parlamento Europeo o veteranos diplomáticos y expertos. Las fuentes diplomáticas hablan incluso de un acuerdo comercial futuro entre la UE y África en su conjunto.
Proteger las elecciones
La agenda política y legislativa para este curso se completa con medidas para asegurarse que las elecciones europeas del próximo mes de mayo serán realmente libres y sin interferencias de poderes foráneos.
Para evitarlo, y que no haya manipulaciones de datos personales como en el caso de Cambridge Analytica, Juncker propone la creación de un centro para la ciberseguridad y una cooperación más estrecha entre las autoridades electorales nacionales para prevenir ciberataques. Además, la Comisión también da una vuelta de tuerca a la protección de datos personales en el contexto de las elecciones europeas, y emitirá unas directrices para aplicar la nueva normativa de la protección de datos europea al contexto electoral.
Tal y como se esperaba, Juncker propone la eliminación del cambio de hora, para devolver la competencia a cada Estado miembro para que decida qué horario quiere tener.
También entra en su discurso una petición para apuntalar la supervisión del blanqueo de capitales, a la luz de los escándalos recientes en países como Holanda, Alemania, Reino Unido o los países bálticos.