
El crecimiento económico de la eurozona a golpe de buenos datos de consumo que ha jalonado los años de la recuperación empieza a dar síntomas de agotamiento. Los primeros síntomas del debilitamiento de las ventas minoristas ya son palpables a la luz de los últimos datos ofrecidos por la Comisión Europea. El volumen de comercio al por menor creció en junio el 1,2% en comparación con el mismo mes del pasado ejercicio. Sin embargo, aun siendo una cifra positiva supone el peor dato en lo que va de año, marcado por incrementos de hasta el 1,7% como en el mes de marzo.
En este sentido, de los 19 miembros de la eurozona Italia y España son de las grandes potencias las más castigadas por la pérdida del impulso comercial anotando unos crecimientos del 0,3% en el caso de nuestro país, e incluso un descenso del 0,5% en el caso transalpino en la comparativa con el año anterior. De hecho, entre los principales motores del euro, Alemania suma un discreto 1,1% al volumen de su comercio minorista, y solo Portugal y Francia experimentan incrementos considerables en este área del 3,5 y 2,5%, respectivamente. Así, aunque con una menor influencia en la composición global del indicador fueron los países del este comunitario los que sostuvieron el avance comercial con registros del 7,2% en Lituania, el 5,6 en Lituania y el 4,8 en Eslovenia.
Más allá, si atendemos a la evolución mensual -junio sobre mayo-, el comienzo del verano también ha propinado un varapalo a las principales potencias de la zona euro, entre las que solo salvan los muebles España, que en comparación con el mes de mayo avanza un 0,7% en el volumen de comercio minorista, y Alemania que presenta un aumento del 1,2%. Pero los primeros latigazos severos del estancamiento comercial los han soportado Francia (-0,1%), Portugal (-1,2) e Italia que se mantuvo plano. De hecho, en el plano intermensual el conjunto del euro avanza un 0,3%, niveles tan solo soportados por la contribución de Alemania y España.
Con estos datos sobre la mesa, parece que el sector comercial también sufrirá los envites de la desaceleración económica.
Como explica el investigador de la Universidad de Essex, Javier Santacruz, hay que tener en cuenta que el comercio es uno de los sectores económicos que más ha crecido por lo que en su evolución puede haber dos escenarios: un agotamiento para después volver a repuntar o bien que esto sea el inicio de una fase de estancamiento de la economías con pequeñas tasas de crecimiento hasta el año 2020 o 2021, cuando se entraría en un nuevo periodo de recesión.
"Este segundo escenario es más difícil porque los principales motores del crecimiento siguen funcionando. Seguiremos igual pese a catástrofe", explica Santacruz.
La OMC prevé una ralentización del crecimiento del volumen de comercio global de mercancías
Además el experto y economista alude a dos opiniones acerca del futuro desempeño del sector comercial. "Hay quien opina que el comercio se está frenando por se agotamiento del ciclo económico, pero que va a llevar a que posteriormente haya una recuperación por el lado del aumento de la productividad, la subida de los salarios y la recuperación de la inflación" con el consecuente incremento de la demanda y el consumo o bien que "esto sea el principio de una fase de estancamiento con tasas de crecimiento planas de entre el 0 y 1% para que en unos años se produzca una recesión económica por el propio agotamiento del ciclo", explica Santacruz.
En esta línea, las últimas previsiones realizadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) no se desvían de las publicadas el pasado 12 de abril, cuando estimaron una ralentización del crecimiento del volumen del comercio global de mercancías, que pasaría del 4,7% en 2017 al 4,4 en 2018.
La moderación en el índice de la OMC fue impulsada por los pedidos de exportación, que han disminuido constantemente a lo largo del año, y la producción y las ventas de automóviles, que han aumentado de forma ligera recientemente pero siguen por debajo de la tendencia. Los índices del transporte aéreo de mercancías y del tráfico portuario de contenedores se mantienen por encima de la tendencia, pero el impulso del crecimiento en ambos parece haber superado su punto máximo. Los componentes electrónicos se mantuvieron por encima de la tendencia, mientras que las materias primas agrícolas pasaron de estar por debajo de la tendencia a estar en consonancia con el resto de indicadores.
Estados Unidos mantiene el músculo exportador
La política de confrontación en materia comercial que está llevando a cabo el presidente Donald Trump con sus principales socios no está pasando factura al desempeño de su sector exterior. Según los datos que maneja el Departamento de Comercio de Estados Unidos, en el pasado mes de junio se registró un avance del 9% en el volumen de exportaciones en comparación con el mismo periodo del pasado año hasta alcanzar la cifra de negocio de los 103,6 billones de dólares, mientras que las importaciones crecieron por valor de 123,2 billones de dólares, lo que implica un avance del 8,6%. Estas cifras, más allá, ven la luz justo en el primer de aplicación de los aranceles impuestos a China, y buena parte de sus socios comerciales, y son muestra de la resistencia que el mercado estadounidense tiene ante los desequilibrios internacionales. No en vano, causa de ello o casualidad, el dato intermensual no es tan halagüeño como la lectura interanual. Así, el volumen de exportaciones disminuyó entre mayo y junio en cerca de 1,5 billones de dólares, mientras que las importaciones mostraron un descenso acompasado de 2 billones de dólares, lo que sitúa la balanza comercial del país respectiva al intercambio de bienes en 3,1 billones de dólares.