
A poco más de tres meses para las elecciones legislativas en Estados Unidos, la Administración del presidente Donald Trump estaría orquestando un plan para implementar cambios en el código tributario en forma de recortes impositivos por alrededor de 100.000 millones de dólares en la próxima década. Una decisión no ausente de polémica, no sólo porque beneficiaría particularmente a las rentas más alta sino porque podría implementarse de forma unilateral sin necesidad de contar con el visto bueno de los legisladores.
De esta forma, la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro buscan ligar el rendimiento del capital a la inflación. Una operación que reduciría la cantidad a gravar. Bajo la legislación vigente, un inversor que compró acciones por 100.000 dólares en 1980 y las vendiera a día de hoy por un millón de dólares, enfrentará un gravamen aproximado del 20%.
Con los objetivos de Trump, si el valor original del activo comprado se ajustase a la inflación, su precio ascendería hasta cerca de los 300.000 dólares, por lo que se reduciría la rentabilidad del capital a tasar hasta los 700.000 dólares. De esta forma, el contribuyente en cuestión se ahorraría hasta 40.000 dólares. Una fórmula que para muchos expertos sería un estímulo exclusivo para las rentas más altas del país.
Según el análisis elaborado por The Penn-Wharton Budget Model, el 97,5% de los 102.000 millones de dólares en recortes fiscales si se aplicase este plan, irían a parar al 10% de las rentas más altas del país, un 86% sólo para el 1% y alrededor del 63% del beneficio se distribuiría entre el 0,1% de los individuos que más dinero ingresan a este lado del Atlántico.
En una entrevista con el New York Times durante la reunión de ministros de Economía y Finanzas del G-20 en Buenos Aires, el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, dejó caer que su equipo podría estar valorando el uso de su poder a la hora de cambiar ciertas regulaciones para llevar a cabo esta modificación sin la necesidad de contar con el apoyo del Capitolio.
"Si no se puede hacer a través de un proceso legislativo, revisaremos qué herramientas utilizar en el Tesoro para poder hacerlo por nuestra cuenta", sentenció Mnuchin, enfatizando eso sí que todavía no estaba claro si el Departamento del Tesoro tiene realmente la autoridad de actuar unilateralmente. Fijar el rendimiento del capital a la inflación ha sido un objetivo perseguido tradicionalmente por republicanos, pero no logró incluirse en la reforma fiscal aprobada el pasado 22 de diciembre por valor de 1,5 billones de dólares. Los congresistas republicanos argumentan que este recorte incentivaría el aumento de la inversión y fomentaría aún más el impulso económico.
Aún así, una decisión en este sentido plantearía un desafío legal para el Tesoro, ya que reinterpretaría la idea de "coste" incluida en la Ley de Ingresos de 1918. Según el Times, la administración del presidente George H. W. Bush consideró un plan similar en 1992, pero final desistió en sus intentos después de darse cuenta que existían razones legales suficientes para hacerlo si no se contaba con el apoyo de una nueva legislación respaldada por el Congreso y el Senado.
Los emprendedores y pequeños propietarios, también ganadores
Es cierto que un cambio como el que plantea la Administración Trump beneficiaría a las rentas más altas, pero también a los emprendedores y propietarios de pequeños negocios que planeen vender sus empresas. Según la web BizBuySell.com, el 32% de los propietarios de una pyme estarían planeando venderla en los próximos dos años.