La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha confirmado la voluntad del Gobierno de cerrar el parque nuclear español a medida que las centrales nucleares cumplan sus 40 años de vida útil tecnológica, plazo que se cumple en 2028, en consonancia con el programa del Partido Socialista. Además ha asumido el cierre en 2020 de siete de las quince centrales térmicas existentes que no han realizado ninguna inversión
Durante su primera comparecencia ante la Comisión para la Transición Ecológica ha expresado su "convicción clara respecto a la voluntad de cumplir con lo establecido en el programa del Partido socialista". "El PSOE y el Gobierno se atienen a lo que se introdujo en su programa, que es tomar como referencia el plazo de vida útil desde el inicio de la explotación comercial de la central", ha precisado.
A este respecto, ha admitido las posiciones diferentes de los grupos parlamentarios respecto a la postura sobre la referencia a tener en cuenta para establecer el cierre o continuidad del parque nuclear, ya que algunos entienden que la referencia a la vida útil o de diseño de las centrales es la fecha que active el cierre de las centrales y otros consideran que se debe aplazar el funcionamiento "más allá del plazo tecnológicamente previsto".
La voluntad expresada por la ministra llevará al apagón nuclear a 2028, cuando la central nuclear de Trillo (Guadalajara) eche el cierre. Si bien, la ministra ha añadido que es preciso abordar las "obligaciones" relacionadas con ese final y que se deberán acometer igualmente, ya sea el cierre adelantado o postergado, tales como las de coste financiero, las necesidades técnicas y de ingeniería, la gestión de los residuos peligrosos.
Así, ha indicado que "no se ha encontrado" al llegar al Gobierno un plan nacional de seguridad de los residuos, por lo que España está "incumpliendo una obligación" europea, y también ha expuesto que en la actualidad se desconocen aspectos tales como el coste de la gestión de los residuos nucleares e incluso la cantidad de residuos existente.
En definitiva, cree que es un "tema crítico fundamental" y de impactos relacionado con la asunción colectiva del riesgo, que necesita un análisis "más profundo" así como entender los escenarios económicos y financieros. Sin embargo, ha afeado al anterior Ejecutivo que de estas cuestiones se ha encontrado "más bien poco", salvo algunas disposiciones normativas importantes, con un calendario de fechas "que se echan encima".
En este contexto, considera que es una "ventaja" la capacidad de generación "tan grande" del sistema eléctrico español a la hora de acompasar la salida de ciertas tecnologías y dar entrada a lo que deberá llegar después, de forma que se minimice el impacto en la seguridad de suministro y la estabilidad o 'previsibilidad' de cara a inversores y costes. "No podemos actuar con el capricho del ministro de turno", ha concluido.
El Gobierno da por hecho el cierre en 2020 de centrales térmicas que no hayan realizado inversiones
Ribera ha asumido el cierre en 2020 de siete de las quince centrales térmicas existentes que no han realizado ninguna inversión, y ha condicionado la supervivencia de las otras ocho que sí que han invertido para continuar funcionando a diferentes circunstancias.
Entre estas circunstancias, la ministra ha mencionado la evolución de los precios de la materia prima, la fiscalidad respecto al CO2 y "los avances y los costes del resto de los operadores del sistema", tal y como ha dicho este miércoles durante su comparecencia ante la Comisión de Transición Ecológica del Congreso.
"Las otras siete (centrales), que no han hecho ninguna inversión, no tienen mucho margen para pensar en cómo poder seguir funcionando cuando el marco comunitario les obliga a cerrar", ha señalado Ribera, puntualizando que "los plazos (de cierre) vienen dados" por la propia Comisión Europea.
"Creo que pretender que en un mes es posible cambiar lo que ya existe con fecha de pasado mañana es una cosa un poco rara", ha apostillado, al tiempo que también ha invitado a los grupos a proponer medidas para "incentivar o facilitar el proceso de transición" para "modular" esta "salida de las centrales, antes o después".
Pide "extrema cautela" ante los "delirios de grandeza" en infraestructuras de gas
Respecto al gas, la ministra ha llamado a "evaluar y ponderar" si las instalaciones actuales son suficientes o si es necesario aumentar la capacidad pero, en todo caso, siendo "extraordinariamente cautelosos con respecto a delirios de grandeza en un impulso o crecimiento" de un recurso del que, ha recalcado, carece España y que además "ni tiene, a priori, una larga vida por delante".
"Cautela, por tanto, con respecto al gas, y eso aplica a prácticamente todas las cuestiones que tienen que ver con la generación y con las infraestructuras de gas", ha dicho Ribera, sin hacer referencia a ningún proyecto concreto, a pesar de que una de las grandes inversiones proyectadas y prioritarias para el anterior Gobierno era la interconexión gasística del Midcat, que conectaría España con Francia a través de los Pirineos.
En todo caso, ha diferenciado estas inversiones con el empleo de esta energía "como materia prima en procesos industriales o que se puedan ir generando otras combinaciones tecnológicas que permitan su utilización para fabricar polímeros y facilite más allá de 2050 las emisiones negativas".