Si hubo un lema que el tándem De Guindos-Montoro explotaron hasta la saciedad en sus primeros años de mandato, ése fue el de la "herencia recibida". Uno y otro se quejaron amargamente de las cifras recibidas: una economía que se contraía a un ritmo del 2% anual, el paro no dejaba de crecer tras rebasar los 5 millones de desempleados y el déficit público, que el Gobierno anterior situaba en torno al 6% del PIB, en unos niveles desorbitados. Además, las cajas de ahorros agonizaban tras las llamadas fusiones frías y las primeras inyecciones de dinero público parecían no remediar el problema.
Sin duda, el contexto en el que se desenvolverán los primeros meses del mandato del nuevo tándem Calviño-Montero no será tan complicado. La economía sigue creciendo a un ritmo del 3% anual, el turismo está en niveles récord y la banca hace ya más de un año que no da un susto. Sin embargo, las nuevas ministras del ramo económico heredan graves problemas que deberán afrontar.
Para empezar, el paro. Aunque lleva bajando casi de forma ininterrumpida cinco años, aún hay casi 3,8 millones de personas desempleadas en España, más del doble que al inicio de la crisis. El plan presupuestario del Gobierno anterior estimaba que la tasa de desempleo bajaría al 10% en 2021, pero ni cumpliéndose esas previsiones, se llegarán a los niveles previos a la crisis. Y lo que puede ser más preocupante, el número de parados que llevan dos años o más sin trabajar baja muy lentamente, por lo que podrían ser beneficiarios de algunos de los primeros planes específicos del nuevo Ejecutivo, que, además, tendrá que decidir si revierte alguna de las medidas incluidas en las últimas reformas laborales.
Los retos de Montero
Para María Jesús Montero, la prioridad será cumplir con el objetivo de déficit público, que exigirá al Gobierno a cerrar este año con un desequilibrio máximo del 2,2% del PIB, algo que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) no da por seguro. La subida de las pensiones y la posibilidad de reinversión del superávit por parte de los ayuntamientos ya amenazaban el cumplimiento y ahora habrá que ver si el cambio de Gobierno y las medidas que pueda traer suponen un riesgo adicional.
Entre las medidas que Sánchez ha propuesto en varias ocasiones está un impuesto a la banca aún no definido y otro a las transacciones financieras para ayudar a financiar las pensiones. Además, en el plan presupuestario de Guindos-Montoro aparecía otro impuesto genérico a las compañías digitales que este mismo año ya recaudaría unos 600 millones de euros. El primer reto de Montero será poner en marcha los nuevos tributos. Tendrá que decidir también si mantiene la rebaja del IRPF incluida en los presupuestos de 2018 y que aún no ha entrado en vigor.
Deuda pública e inflación
Además, uno de los problemas que tendrá que afrontar el nuevo equipo económico será la alta deuda pública española. Mientras Montoro logró corregir el déficit, la deuda pública sigue aún muy cerca del 100% del PIB (por encima del 98% del PIB al cierre del primer trimestre del año), lo que la convierte en una de las más altas de la eurozona. Por el momento, mientras duren los estímulos del Banco Central Europeo (BCE) y los niveles relativamente bajos de inflación, es un problema llevadero, pero si los tipos empiezan a subir, el coste de la deuda aumentará y la factura anual del pago de intereses podría meter aún más presión al presupuesto.
Por el momento, el BCE no ha respondido a la subida de la inflación, pero el aumento del precio del crudo ha llevado al IPC español a niveles del 2% anual, un nivel que no alcanzaba desde principios del año pasado y cerca de los máximos de los últimos cinco años. Si el alza del crudo se mantiene, la inflación podría ser uno de los retos para que la economía española mantuviera su ritmo de crecimiento.
Además, otro de sus retos será la venta del capital de Bankia que queda en manos del Estado (más del 60%). El plazo que fijó el primer Ejecutivo de Rajoy vence en diciembre de 2019, pero el nuevo Gobierno podría extenderlo para asegurarse la devolución de mayor parte de las ayudas.
Desigualdad y pobreza
Otro de los retos que tendrá que afrontar el nuevo equipo económico es el aumento de la desigualdad que se ha producido tras la crisis. Algunas instituciones, como el Defensor del Pueblo, han alertado de los efectos que han tenido los recortes, especialmente en algunas capas de la sociedad, sobre todo niños y jóvenes. Para ello, el nuevo Gobierno ha anunciado que creará un Comisionado contra la Pobreza Infantil, cuyo
Aunque la recuperación ha conseguido llevar las cifras del PIB a sus máximos históricos, las rentas de los hogares aún no han recuperado el nivel previo a la crisis. Según los datos del INE, mientras que el PIB se encuentra un 6% por encima del de 2008, las rentas aún están ligeramente por debajo.
La OCDE indica que hay más de un 23% de menores en riesgo de pobreza, una de las mayores tasas de la OCDE, cuya media es10 puntos inferior. No obstante, los datos son relativos a 2014, por lo que las cifras podrían ser mejores ahora tras tres años consecutivos de recuperación.
Las reformas pendientes
Entre las reformas que tendrá que consensuar no sólo las ministras de Economía y Hacienda, sino también el resto de responsables del ramo: José Luis Ábalos (Fomento) y Magdalena Valerio (Trabajo), hay algunas de máxima relevancia. Una de ellas, la de la financiación autonómica, que Rajoy encargó a un grupo de expertos cuyo informe se guardó en un cajón a la espera de que se resolviera la situación en Cataluña.
Además, el retraso en la aplicación del factor de sostenibilidad hasta 2023 obligará a tomar medidas para corregir el déficit de las pensiones. Valerio hasta ahora se ha mostrado partidaria de nuevos impuestos y de financiar con el presupuesto las tarifas planas y otras reducciones en las cotizaciones sociales. Todo ello para contar con recursos suficientes con los que financiar una subida ligada al IPC. No obstante, el PSOE ha reclamado que la futura reforma de pensiones se haga en la Comisión del Pacto de Toledo, por lo que es de esperar que el nuevo Gobierno opte por la vía parlamentaria para proponer reformas.
Para Ábalos, además de continuar o replanificar las obras del AVE en marcha, el principal reto será la vivienda. Íñigo de la Serna acababa de dar luz verde a su plan de vivienda y estaba a la espera de la aprobación de los presupuestos para implementarlo. Ayudas a la compra de vivienda, al alquiler y deducciones en un contexto de fuerte subida del precio del alquiler en muchas ciudades y de una cierta recuperación de la compraventa de vivienda. Ábalos decidirá si aplica el plan de De la Serna con cambios o decide suspenderlo y elaborar uno propio.