Economía

Las pensiones 'bajarán' en España hasta suponer poco más del 34% del salario medio en 2060

  • La tasa de sustitución se derrumbará en 33,7 puntos porcentuales
  • El gasto en pensiones tocará techo en el año 2050 con un 14% del PIB
Foto de Pixabay

Las pensiones están condenadas a sufrir una caída drástica en términos relativos durante las próximas décadas. Según los últimos datos publicados por la Comisión Europea, la pensión media en España pasará de representar el 57,7% del salario medio del país a suponer tan sólo el 34,3% en 2060. Las pensiones públicas españolas serán de las más castigadas de Europa, pero también es cierto que su generosidad parte desde uno de los niveles más elevados del Viejo Continente.

Dentro del informe The 2018 Ageing Report, se destaca que las reformas aprobadas para lograr la sostenibilidad del sistema de pensiones son la causa de esta reducción respecto al salario medio. Este indicador que compara el salario de mercado de una economía y la pensión (benefit ratio) caerá con mayor fuerza en Grecia, Portugal, España, Polonia y Chipre, únicos países de la Unión Europea en los que el descenso iguala o supera los 20 puntos porcentuales en la proyección. No obstante, en España se prevé que este indiciador se recupere ligeramente hasta el 37,6% en 2070. En la actualidad, el salario medio en España es de 23.156 euros anuales, según los últimos datos del INE. 

Otro indicador que muestra el complejo futuro de la pensión pública es la tasa de sustitución bruta (el porcentaje que supone la primera pensión respecto al último salario antes de la jubilación), que en España se derrumbará en 33,7 puntos porcentuales, desde el 78,7% actual hasta el 45% de 2070. Las pensiones españolas serán las segundas más afectadas en la UE por detrás de las polacas, que caerán en 38,4 puntos porcentuales. En la actualidad España cuenta con la mayor tasa de sustitución de la UE.

Según los datos que se desprenden del trabajo de la Comisión Europea (CE), el gasto en pensiones en España se incrementará de forma constante hasta el año 2050, donde tocará techo hasta alcanzar casi el 14% del PIB. Un 10,9% del PIB se dedicará a pensiones por jubilación, un 2,1% en pensiones por invalidadez y un 0,8% en pensiones de viudedad, orfandad y favor de familiares. 

La proyección de estos datos se calcula incluyendo en la ecuación la entrada del factor sostenibilidad en España que vinculará las pensiones a la esperanza de vida y a los fondos disponibles del Estado. También cuenta con el factor de revalorización anual que dependerá de los ingreso, gastos y déficits de la Seguridad Social.

Sin embargo, este 2018 no se aplicará este índice de revalorización, después de que el Partido Popular y el PNV acordasen una subida del 1,6% para todas las pensiones, mientras que la regla de cálculo indicaba que sólo se podían subir un 0,25%. Además, en 2019 también se aplicará una revalorización acorde a la subida del IPC.

Por otro lado, el factor sostenibilidad que debería entrar en vigor en 2019 se ha retrasado hasta 2023. Además, los políticos que forman la Comisión del Pacto de Toledo se han mostrado mayoritariamente a favor de analizar su posible supresión, lo que podría poner aún más en riesgo la sostenibilidad de las pensiones de medio plazo a cambio de favorecer la generosidad de las nuevas pensiones de los próximos años. 

Un futuro envejecido

Por otro lado, la CE calcula que el número de pensionistas alcanzará los 16,2 millones en 2050 en España, de los cuales 14,8 millones tendrán más de 65 años y por lo tanto sus pensiones serán en gran medida por jubilación. Será este último grupo el que lleve el peso del crecimiento de las pensiones totales: el número de pensionistas mayores de 65 años pasará de los 7,5 millones hasta los 14,8 millones en 2050. A partir de esa década el número de pensionistas totales y por jubilación comenzará a descender.

Todo hace indicar que será alrededor del año 2050 cuando las pensiones públicas tendrán que enfrentarse a los mayores retos. Mientras que en 2016 hay 195 personas soportando el sistema por cada 100 pensionistas, en 2050 este dato caerá hasta las 115 personas soportando el sistema por cada 100 pensionistas.

El informe de la CE advierte de forma general que "las proyecciones demográficas a largo plazo revelan que la UE será cada vez más gris en las próximas décadas. La población total en la UE se incrementará desde 511 millones de personas hasta 520 millones en 2070, pero la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) decrecerá de forma significativa, desde los 333 millones de 2016 hasta los 292 millones en 2070".

Aunque se espera que la tasa de fertilidad aumente levemente y los flujos migratorios continuarán siendo positivos (aunque inferiores a los actuales), la tasa de dependencia de la tercera edad (personas de más de 65 años respecto a aquellos que tienen entre y 15 y 64 años) se incrementará en 21,6 puntos porcentuales, desde el 29,6% actual hasta el 51,2% en 2070. Este implica que en la UE pasará de tener 3,3 personas en edad de trabajar por cada persona mayor de 65 años a tener sólo dos personas en edad de trabajar.

Las etapas del mercado laboral

Este escenario también tendrá un efecto significativo sobre el mercado laboral que se puede dividir en tres fases. La primera que fue entre 2007 y 2010, periodo en el que la población en edad de trabajar creció a la vez que la crisis económica dañó el empleo. Durante estos años se produjo un incremento de la tasa de paro y una caída de la tasa de empleo.

Otra etapa es entre 2011 y 2020: la que la población en edad de trabajar comienza a descender a medida que la generación del baby boom empieza a retirarse. Durante estos años se produce una disminución de la tasa de paro mientras que la tasa de empleo entre los mayores y las mujeres se incrementa para amortiguar el impacto del cambio demográfico, manteniendo el peso del empleo y su aportación el crecimiento económico.

Por último, las proyecciones a partir de 2021 dejan entrever que aunque la tasa de empleo (entre la población en edad de trabajar) sigue creciendo, la población en edad de trabajar se reduce significativamente y el número de personas empleadas también cae. De este modo, a partir de 2020 la contribución del empleo al crecimiento será negativa, pero la CE cree que el progesos de la productividad mantendrá estable el PIB potencial de la Unión Europea.

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