Las primeras pistas de lo que podría ser la acción del Gobierno de Pedro Sánchez tras ganar este viernes la moción de censura aparecen esbozadas en la alternativa socialista presentada al Presupuesto General del Estado de 2018. No obstante, sobre la premisa de que el líder socialista afirmó este jueves que no tumbaría las Cuentas aprobadas en el Congreso hace poco más de una semana, las propuestas plasmadas en el proyecto de Sánchez deben considerarse solo una aproximación a lo que el nuevo Ejecutivo socialista trataría de impulsar, ya que cualquier medida debería estar sujeta al límite de gasto y al cumplimiento del déficit.
Por tanto, tanto el aumento de gasto como el incremento de ingresos será en cualquier caso menor, ya que los planes de Sánchez son atajar las medidas más urgentes en materia social y no tendrá tiempo de plantear reforma de más calado, como admiten en el propio PSOE.
En el pliego de pretensiones propuestas el pasado mes de abril, se incluye una subida fiscal de 6.500 millones para las grandes empresas y las rentas más altas, con la que espera cubrir un aumento del gasto de 8.000 millones de euros al año.
El grueso de la subida tributaria recaería sobre el Impuesto de Sociedades, que aportaría 4.000 millones más, al establecer un tipo mínimo del 15% para las grandes empresas, revisar algunos incentivos y regímenes especiales, además de un nuevo impuesto para beneficios desviados, similar al de Reino Unido y Australia.
Para Ferraz es importante elevar el peso relativo de la recaudación de Sociedades sobre el total de ingresos tributarios, que ha disminuido paulatinamente en los últimos tres años, en plena recuperación económica. Así, ha pasado del 12,14% sobre la recaudación en 2016 al 11,55% en los Presupuestos de este año, mientras las corporaciones han visto incrementado su beneficio durante este periodo.
El IRPF aportaría 1.900 millones gracias a la subida del tipo máximo al 52% a las rentas de más de 150.000 euros y a la equiparación progresiva de rentas de trabajo y de capital. De ambas partidas, la más importante es la convergencia "parcial" de los dos regímenes, que reuniría 1.500 millones. En esta línea, el PSOE propone elevar el tipo impositivo sobre el ahorro al entorno del 30% para rentas que superen los 150.000 euros anuales (entre rentas del trabajo y del capital). Actualmente, el ahorro tributa a un máximo del 23% a partir de los 50.000 euros. "No es de recibo que las rentas del capital tributen muy por debajo que un autónomo o un trabajador", en explicaciones del secretario de Economía socialista, Manuel Escudero.
Mayor gasto social
La subida de tipo a las rentas más altas solo sumaría 400 millones, ya que solo afectaría al 0,35% de los contribuyentes. La partida de ingresos se completa con 600 millones que salen de equiparar la fiscalidad del gasóleo y la gasolina.
Por último, la lucha contra el fraude fiscal, que permitiría recaudar 1.500 millones. En total, 8.000 millones para compensar una expansión presupuestaria que Pedro Sánchez cree posible llevar a cabo.
Con este margen extra, el PSOE plantearía gastar 10.500 millones de euros más que lo presupuestado por el Ejecutivo del PP de cara a 2018 en pensiones, empleo, educación, sanidad e I+D, entre otras partidas.
Posibles iniciativas del Ejecutivo socialista
Paliar la pobreza: Ingreso Mínimo Vital con un coste de 2.400 millones de euros.
Ayuda a parados: Incremento de 1.200 millones a parados de larga duración.
Nuevos impuestos : Elevar un 30% al tributo sobre el ahorro a rentas altas.
Brecha salarial: Destinar 600 millones más para la igualdad de género.
Apuesta educativa: Aumento de las becas y matrícula gratuita para las rentas bajas.
Más innovación: Elevar un 13%, 800 millones, la partida destinada a I+D.