
El director del Instituto Santalucía está firmemente convencido de que la educación financiera debería iniciarse en las escuelas. José Manuel Jiménez está al frente del proyecto iniciado por Aviva y que ahora, tras la compra por parte de Santalucía de la mayor parte de las operaciones de la aseguradora británica en España, se ha propuesto darle el impulso necesario para convertirse en un referente dentro del mercado español.
Hablamos con José Manuel Jiménez de educación financiera, pensiones y longevidad. Precisamente, el Instituto Santalucía ofrece la posibilidad de leer en su web por entregas el libro La vida de cien años de Lynda Gratton y Andrew Scott, profesores de la London Business School, en el que se analizan las consecuencias económicas y sociales de la longevidad, un riesgo que afecta a todas las sociedades de países desarrollados. Se estima que el 50% de los niños que nacen hoy en los países occidentales superarán los 100 años de edad.
¿Cómo ha sido la transición de pasar de Aviva a Santalucía?
La transición ha sido muy fácil, porque la dirección de Santalucía cree firmemente en este proyecto y hemos tenido el apoyo en primera persona de Andrés Romero, director general de Santalucía, y todo el apoyo en todos los sentidos. Se cree firmemente en la educación financiera, se había hecho muy buen trabajo por parte de Aviva, habíamos sido referentes en la creación de una institución que ayudara a todo el debate de la sostenibilidad de las pensiones y, para Santalucía, creer en un proyecto que ya estaba en marcha ha sido fácil y lo ha impulsado. El primer lanzamiento de esta nueva etapa fue el informe de las cuentas nocionales, que está muy de actualidad, aunque nunca se había bajado a poner números a las cuentas nocionales. Santalucía quiere ser un referente en educación financiera a medio y largo plazo en este país.
¿Cómo se puede involucrar a la sociedad en los nuevos riesgos que se nos echan encima como el de la longevidad?
Nosotros apostamos por la educación financiera y por concienciar también a las personas más mayores. Estamos en la iniciativa Finanzas para todos trabajando con todas las instituciones, desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Trabajamos en el concepto de la educación financiera, tenemos un libro para niños de entre 6 y 8 años, Mi dinero y yo, que ayuda a comprender la importancia del dinero y todo el ciclo del dinero desde un punto de vista muy divulgativo. Un informe de nuestro foro de expertos indica que la educación financiera debería ser obligatoria en las escuelas. Hay diferentes países que tienen una educación financiera escolar obligatoria y está comprobado que estos países, cuanto mayor es el nivel de educación financiera medido por la OCDE, va en línea con el desarrollo del país. Las administraciones han tomado buena nota de todo lo que ha ocurrido en años anteriores y se están promulgando leyes, como la Mifid o la nueva Ley de Distribución de Seguros, muy ligadas a mejorar la protección del consumidor y en esa línea tenemos que apoyar para mejorar la educación financiera a todos los niveles. Nosotros, por ejemplo, tenemos el libro Tu jubilación paso a paso que es muy didáctico y está enfocado a jóvenes que empiezan su vida laboral y tiene que saber qué es una nómina, qué les va a cubrir la seguridad social en el futuro y también para las personas que se acercan a la jubilación.
¿Qué cree que le hace falta a la sociedad para hacer frente a todo lo que se avecina en materia de pensiones?
La sociedad está concienciada de que esto está cambiando, pero creo que hay un mensaje excesivamente negativo, habría que lanzar el mensaje de que las pensiones están garantizadas. Lo que tenemos que buscar es el equilibrio entre la suficiencia y la sostenibilidad. El gobierno y todas las instituciones del país son conscientes de que uno de los pilares de nuestra sociedad es el sistema de pensiones, con lo cual hay que trasladar un mensaje de positividad, pero insisto en que hay que encontrar la fórmula del equilibrio entre la sostenibilidad y la suficiencia. Quizá hay que tener en cuenta que para que las pensiones sean suficientes primero deben ser sostenibles. Hay dos temas muy importantes: el primero es la información, un asunto muy repetido en el sector. Tenemos que tener la mayoría de los ciudadanos, no solo aquellos que están cerca de jubilarse, información de cómo va a ser la jubilación en el futuro, porque si no, no se puede planificar. Y por otra parte, formación, que la gente entienda qué se va a recibir, cómo se va a recibir, los productos que existen para complementar las pensiones. Es muy muy importante también pensar que la capitalización que debemos tener no es solo financiera, sino también educacional. Tenemos que pensar que si vamos a trabajar durante más años deberemos generar valor, ser personas que nos adaptemos, nos tenemos que ir adaptando a nuevos sistemas.
¿Qué podemos sacar del nuevo debate sobre las pensiones que inunda las calles?
Se empieza a valorar que las cosas tienen un coste. Lo que más valoro de este debate es que la gente comienza a ser consciente de que tomar una serie de decisiones genera un coste y ese coste hay que sacarlo de algún sitio y quitarlo de otro. Y dentro de todo este batiburrillo de ideas, es importante que empecemos a valorar que el coste de subir las pensiones es importante y terminarán pagándolo las nuevas generaciones.
Los jóvenes no están implicados en este debate, ¿por falta de interés?
Los jóvenes es cierto que lo ven muy lejos, ven la jubilación muy lejana y tienen otra serie de problemas, están en un cambio cultural y generacional importante. El tema de la jubilación lo ven tan lejos que el debate para ellos está en otro lado, pero no son conscientes de que todo lo que se pague de más que no existe al final lo van a tener que pagar ellos. Hemos hecho un análisis de cómo ven los millennials su jubilación y para ellos es un tema a muy largo plazo y creen que no van a tener pensión. Por eso es importante la educación financiera y que se den cuenta de cómo funciona, porque es algo intergeneracional, todo lo que cobren de más los pensionistas del futuro lo van a tener que pagar ellos.