
La Mesa del Parlament aprobó ayer la delegación del voto del exconsejero y diputado de ERC Antoni Comín, actualmente huido a Bélgica, facilitando así que los republicanos y JxCat sumen suficientes escaños para investir en segunda vuelta a un presidente, incluso sin el apoyo de la CUP.
Sin un candidato alternativo a los tres propuestos hasta ahora por los independentistas -Carles Puigdemont, Jordi Sànchez y Jordi Turull-, JxCat contempla llevar al pleno del 3 de mayo la reforma de la Ley de Presidencia, que permitiría una investidura a distancia del expresidente catalán, actualmente pendiente de la decisión de la justicia alemana sobre su extradición.
Sin embargo, los plazos son muy ajustados, ya que la reforma legal está pendiente del dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias, para que determine si se ajusta a la ley. En este sentido, el PSC recordó ayer que no puede hacerse una investidura a distancia, como ya dictaminó el Tribunal Constitucional en enero.
El reloj sigue corriendo y se acerca la fecha límite del 22 de mayo, cuando expiraría el plazo para nombrar presidente y se convocarían nuevas elecciones autonómicas.
Como ya ocurrió con Puigdemont, los grupos constitucionalistas anunciaron medidas para oponerse al voto delegado de Comín. Ciudadanos reclamó al Gobierno que "despierte" y recurra "la delegación de voto de huidos", mientras que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, admitió que el Ejecutivo central estudia presentar un recurso contra esta decisión de la Mesa del Parlament. Por su lado, los comunes instaron a los independentistas a intentar una investidura efectiva y a formar Gobierno, ahora que ya tienen suficientes apoyos.