
Los consumidores estadounidenses pueden estar a punto de sentir en sus propias carnes los efectos del choque comercial iniciado por el presidente Donald Trump con China y otros países. En los próximos días se anunciará una nueva lista de importaciones chinas que serán gravadas y dentro de los productos señalados podrían encontrarse algunos bienes muy demandados por los estadounidenses. El resultado será un precio superior para esos bienes o cambios importantes en los mismos si se importan desde otros países diferentes a China.
Después de imponer aranceles de importación en enero a los paneles solares y las lavadoras, Trump redobló la apuesta el mes pasado al anunciar tasas a las importaciones de acero y aluminio y gravámenes a otros productos por unos 50.000 millones de dólares.
Después de que Pekín respondiera con una lista de productos estadounidenses que estarían sujetos a aranceles, Trump ordenó a inicios de este mes considerar gravámenes adicionales por 100.000 millones de dólares.
Pero un análisis en profundidad de Reuters de las importaciones chinas muestra que para llegar rápidamente a los 100.000 millones de dólares prometidos, Trump tendría que apuntar a teléfonos móviles, ordenadores, juguetes, ropa, calzado, muebles y otros bienes de consumo, lo que provocaría alzas en los precios minoristas en el país.
"No hay forma de evitar los productos de consumo cuando se piensa en cómo llegar a 100.000 millones de dólares en importaciones procedentes de China", asegura Hun Quach, vicepresidente de comercio internacional de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista de Estados Unidos.
El impacto de los aranceles en los consumidores dependerá de variables que dificultan un cálculo producto por producto. Las empresas pueden absorber algunos costes y algunas hasta tendrán la opción de cambiar la producción de China por la de otros países, reduciendo el impacto para los compradores estadounidenses.
El caso de LG
Después de que las lavadoras importadas por LG Electronics fueran golpeadas con un arancel del 20% en enero, la compañía elevó los precios en Estados Unidos en unos 50 dólares por unidad, entre un 4 y un 8%.
LG optó por absorber parte del coste de los aranceles, fijados en momentos en que había comenzado la construcción de una nueva fábrica en Estados Unidos que comenzará a producir lavadoras a fines de este año, con lo que evitará los aranceles estadounidenses.
Las empresas con cadenas de suministro complejas, principalmente aquellas de industrias de alta tecnología, también pueden cambiar la forma en que sus subsidiarias asumen los costes internos para reducir el impacto de los aranceles. Es decir, podrían incrementar el precio de sus bienes finales.
La primera ronda de aranceles de Trump dejó intacta de forma deliberada a la mayoría de los productos electrónicos de consumo. Pero sumar otros 100.000 millones en productos a los que imponer impuestos entre los 506.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses desde China en 2017 sin perjudicar a los consumidores no será fácil.
El Representante Comercial de Estados Unidos podría encontrar rápidamente 100.000 millones a los que apuntar, pero a costa de tres amplias categorías de productos electrónicos de consumo: teléfonos móviles (44.000 millones), equipos y ordenadores (37.000 millones) y grabadores de voz, imágenes y datos (22.000 millones).
Las cadenas de suministro de Estados Unidos también se verían perjudicadas ya que muchos productos electrónicos de consumo dependen de la exportación de semiconductores, software y otros insumos estadounidenses a China para su ensamblaje antes de ser importados de regreso al país.
Aliados como Corea del Sur, Japón y Taiwán también suministran partes de teléfonos móviles para compañías como Apple y sentirían el impacto. "Terminas disparándote en el pie, disparando a tus aliados en el pie, y tal vez lastimas al dedo gordo del pie de China", comenta Chad Bown, investigador del Instituto Peterson de Economía Internacional.
Órdenes cerradas
Trump podría obtener una cuarta parte de los 100.000 millones de dólares gravando juguetes, y artículos deportivos y juegos, categorías con poca influencia que ascienden a 25.500 millones de dólares en importaciones de China en 2017.
Pero China representa el 81,5% de todas las importaciones estadounidenses en este grupo, lo que significa que habría pocas fuentes alternativas para los importadores que pudieran atenuar el impacto arancelario en los consumidores.
Sumar a esta lista la ropa, calzado y muebles a la lista sumaría el monto necesario para alcanzar los 100.000 millones de dólares, pero el alza de los precios en esas categorías dañaría con fuerza a los consumidores.
Se puede intentar imponer aranceles a bienes que se puedan importar de otros países sin que el precio varíe demasiado, pero aún así el daño para firmas como Wal-Mart sería importante.
Luces de los árboles de navidad
Las cadenas de tiendas locales en Estados Unidos y los gigantes como Wal-Mart se verían afectados por los cambios en los bienes que incluyen ropa, alimentos para mascotas y accesorios de iluminación.
Aunque la disponibilidad de estos artículos en otros países podría ayudar a limitar los aumentos de precios, aún habría interrupciones para los minoristas a la hora de modificar unas cadenas de suministro que llevan establecidas desde hace mucho tiempo.
"El abastecimiento desde otro país no es una solución fácil. No puede darse de la noche a la mañana", comenta Quach de RILA, quien además ha asegurado que las órdenes de Navidad de los minoristas para 2018 ya están cerradas. Y hay pocas alternativas para los 402 millones de dólares en luces de árboles navideños que llegan desde China.
Los economistas encuestados por Reuters advirtieron que, si bien la imposición de aranceles puede beneficiar a los productores de acero y aluminio estadounidenses, los costes aumentarían para muchos otros productores y consumidores locales.
Los exportadores estadounidenses también sentirán el impacto de la guerra comercial después de que China anunciase en marzo aranceles sobre 128 productos, como fruta y vino, que el país exporta al gigante asiático y que ahora serán gravados en un 15%.