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EEUU solía exportar empleos; ahora está exportando desempleo. La intensificación de la recesión en el país, que ha costado 1,2 millones de trabajos en lo que va del año, está teniendo un efecto considerable en el extranjero. Y el panorama ha empeorado después de conocerse hoy que el mercado laboral del país norteamericano perdió 533.000 empleos en noviembre.
"De la misma manera en que apoyábamos la actividad económica cuando crecíamos rápidamente, la recesión en Estados Unidos pesará sobre la economía mundial y reducirá el empleo en nuestros socios comerciales", asegura Lewis Alexander, economista jefe de Citi en Nueva York.
Los economistas estiman que el desempleo mundial podría aumentar a un máximo en dos decenios porque los vínculos comerciales y de inversión que se han desarrollado durante 20 años de globalización podrían magnificar el efecto de la contracción estadounidense. Sin las economías de otras partes del mundo actuando como amortiguadores, es probable que se produzca un desplome aún mayor en el mercado laboral.
No solo Estados Unidos
"De ninguna manera esto se circunscribe a los Estados Unidos", avisa David Hensley, director de coordinación económica mundial en JPMorgan en Nueva York, que espera que el desempleo aumente tanto en los países desarrollados como en los emergentes.
En todo el mundo, el paro podría subir a más del 7% para 2010 tras mantenerse entre el 5 y el 7% durante los últimos veinte años, señala Kathleen Stephansen, economista mundial jefe para Credit Suisse en Estados Unidos. "La economía global está contrayéndose rápidamente, y cuando eso ocurra, simplemente no habrá suficientes negocios como para que todo el mundo siga teniendo trabajo", comenta.
Alemania y Japón
El desempleo en Alemania, el mayor exportador del mundo, podría empezar a aumentar tras bajar por 32 meses consecutivos, la caída más pronunciada desde la reunificación en 1990.
La alemana BASF (BAS.XE) anunció el mes pasado planes para parar 80 fábricas en todo el mundo después de que los clientes en los sectores automovilístico, de construcción y textil redujeran sus pedidos. La mayor empresa de productos químicos del mundo, que obtiene una quinta para de sus ingresos en Norteamérica, planea suprimir más de 1.000 empleos y reducir la jornada laboral de 20.000 empleados, alrededor de una quinta parte de su personal.
Heidelberger Druckmaschinen, el mayor fabricante de imprentas del mundo, planea suprimir hasta 2.500 empleos, o el 13% de su plantilla, para compensar la caída de la demanda. La compañía con sede en Heidelberg realiza casi la mitad de sus ventas fuera de Europa, incluso un 16% en Norteamérica.
Volkswagen (VOW.XE) y Porsche tampoco se libran. Anunciaron la semana pasada que suspenderían temporalmente la producción en sus plantas más grandes en las próximas semanas.
Europa y Japón están "en las primeras etapas de lo que pensamos será un severo ajuste en el mercado laboral", indica Hensley, de JPMorgan.
Toyota reducirá a la mitad sus 6.000 empleados temporales a finales de marzo en respuesta a la crisis mundial, que hizo que las ventas estadounidenses de la mayor empresa automovilística asiática cayeran un 23% en octubre. En la misma línea, el fabricante de productos electrónicos Sharp comentó la semana pasada que está considerando suprimir empleos temporales en una planta que fabrica partes para cámaras digitales y televisores.
China
Fabricantes de países de bajo coste como China, a los que las empresas estadounidenses habían recurrido para sus necesidades de manufactura, también están sintiendo los efectos de la desaceleración en la primera economía del mundo.
"La economía china ha sentido bastante el efecto de la crisis financiera", reconoció el 20 de noviembre Yin Weimin, director del ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social. "Algunas empresas, especialmente las de mano de obra intensiva pequeñas y medianas, han quebrado o cerrado parcialmente su capacidad de producción y, como resultado, muchas personas han perdido su empleo", explicó.
Smart Union Group, un fabricante de juguetes que abastece a Mattel y Hasbro, cerró el mes pasado, dejando a 7.000 personas sin empleo. La mitad de los exportadores de juguetes del país también han cerrado este año, y en los seis primeros meses del año, 67.000 empresas se declararon en quiebra, según datos del Gobierno.