Economía

Portugal quiere aprovechar el boom del corcho a la vez que lucha contra el fuego

  • Los consumidores de vino vuelven a reclamar las características del corcho
  • El alcornoque resiste mucho mejor el fuego que el eucalipto
  • El Gobierno quiere convencer a los terratenientes del beneficio del corcho
Corcho 'sacado' de los alcornoques en el Alentejo de Portugal. Foto de Dreamstime

El corcho vuelve a estar de moda. Su uso como tapón para los vinos cobra fuerza de nuevo. Durante años, los tapones de resina sintética han robado parte del protagonismo al corcho, pero ahora esta tendencia se está revirtiendo gracias a las características que aportan a los caldos el mítico tapón de corcho. Además, la aplicación de este tejido vegetal a otros sectores (decoración, campos de fútbol de césped artificial, suelos o pavimentos) empieza a ser algo habitual. Portugal, el mayor productor de corcho del mundo, quiere aprovechar el boom, lo que a su vez puede tener una externalidad positiva inesperada: una reducción del riesgo de sufrir los devastadores incendios que arrasan el país casi cada verano.

Los grandes incendios que suelen arrasar Portugal a menudo tienen un denominador común, el eucalipto. La madera de este árbol es la base de la industria papelera, como demuestran Finlandia y Suecia (dos de los mayores exportadores de papel), pero en un clima más seco y cálido esta madera puede ser letal, puesto que el eucalipto arde rápido y propaga el fuego a gran velocidad. Sin embargo, el alcornoque podría empezar a ocupar esas tierras yermas que ganarán en resistencia contra el fuego, porque la madera y su corteza son mucho más resistentes, además esta última es la que se usa para producir el corcho, una doble utilidad que puede ser muy beneficiosa para Portugal.

Portugal domina el corcho

El 63,1% de las exportaciones (valoradas en 1.000 millones de dólares, un 2% de todas las exportaciones lusas) totales de corcho proceden de Portugal, mientras que España ocupa el segundo lugar con un 17% de las exportaciones totales, producidas sobre todo en Extremadura, Castilla La-Mancha y Andalucía.

Las autoridades lusas tienen la intención de reemplazar en todos los sitios que sea posible los eucaliptos (una especio invasora de Australia) por el autóctono alcornoque. La oposición de la industria papelera y los pequeños terratenientes con plantaciones de eucaliptos no se ha hecho esperar. Ahora hay que intentar convencer a esta parte para que dé un giro a su negocio y se pasen del papel al corcho.

Bosque de alcornoques en el Alentejo portugués. // Fuente: Dreamstime

Los dirigentes de Corticeira Amorim, la mayor empresa exportadora de corcho del mundo, están intentando convencer a los propietarios de tierras para que planten alcornoques por todo el país, incluso en el norte de Portugal, donde este árbol (familia de los robles y las encinas) es mucho más escaso. Antonio Amorim, director de esta empresa portuguesa, ha explicado a la agencia Bloomberg su plan. Amorim quiere aprovechar la creciente demanda de corcho a nivel mundial para que los portugueses planten alcornoques en sus tierras.

Miguel Freitas, secretario de Estado de bosques y desarrollo rural, comenta que "los bosques de alcornoques son mucho más resistentes a los fuegos por el tamaño y la distancia necesaria entre los árboles, además este será sólo el primer paso para incrementar la oferta de corcho", en declaraciones a la agencia AFP.

Por otro lado, Amorim explica a la agencia estadounidense que "se está alcanzando un punto en el que el mercado y la industria demandan una oferta de corcho superior a la actual... hoy, todo el mundo quiere tener vinos que usan tapones de corcho porque ofrecen más calidad, es más tradicional y es una experiencia positiva para los consumidores. Necesitamos asegurar que la oferta de corcho estará a la altura de la demanda en esta industria creciente".

El tapón de corcho

Según datos del Observatorio de Complejidad Económica del MIT, las importaciones de tapones de corcho por parte de EEUU (el mayor importador de tapones del mundo) han pasado de 94 millones de euros en 2010 a 158 millones en 2016, un incremento del 68% en tan sólo seis años.

La demanda mundial de corcho ha vuelto a la tendencia creciente desde 2010. Los consumidores de países como China, España o Francia vuelven reclamar el corcho en los caldos. En la actualidad, dos tercios de todos los vinos vendidos en el mundo llevan tapones de corcho, mientras que el tercio restante apuestan por tapones de resina de plástico y tapones de rosca.

Las particularidades del alcornoque

Para incrementar el atractivo del corcho y del alcornoque, los investigadores de Corticeira Amorim está trabajando para reducir el tiempo necesario para que este árbol produzca la primera capa de corteza útil para la producción de corcho, que actualmente se establece en 25 años.

Tronco de alcornoque medio desnudo por la saca de corcho. // Fuente: Dreamstime

Este árbol crece despacio y las primeras capas de corteza (conocida como bornizo) no sirven para la producción de corcho. Hasta la tercera 'saca' no se logra extraer una corteza con las condiciones necesarias para la producción de derivados del corcho. A partir de ese momento las siguientes 'sacas' se ejecutan cada nueve o diez años, según datos de la Agrupación Sanvicenteña de Empresarios del Corcho. Al fin y al cabo se está despojando al alcornoque de su vestimenta y es necesario ser paciente para que la corteza vuelva a crecer y no dañar al árbol. La vida del alcornoque oscila entre los 150 y los 200 años.

"Cuando terratenientes se den cuenta del enorme potencial del corcho para incrementar sus beneficios, comenzarán a plantar alcornoques en lugar de otras especies", asegura Amorim. "El corcho tiene un potencial enorme para seguir creciendo. El límite lo marca la oferta".

El corcho también está expandiéndose más allá de los tapones para el vino. Por ejemplo, varios campos de fútbol de césped artificial han sustituido el granulado de caucho por el granulado de corcho, que se calienta menos en verano y además no tiene efectos perjudiciales para la salud.

Este tipo de iniciativas también están llegando a España. El pasado mes de febrero se inauguró en la localidad extremeña de San Vicente de Alcántara (Badajoz) el primer campo de fútbol de España con estructura basada en el corcho. Andrés Hernáiz, alcalde de San Vicente de Alcántara, en declaraciones a elEconomista explica que el "granulado de corcho presenta varias mejoras en la temperatura por la incidencia solar, puesto que es menos abrasivo para las fibras del césped, por lo que también necesita regarse con menos agua y la humedad se mantiene mejor, sin olvidar que es un producto ecológico, biodegradable y sin efectos nocivos para la salud".

Toda esta revolución supone un halo de esperanza para una industria que estaba malherida hace tan solo una década. Portugal no quiere dejar escapar esta oportunidad que puede ser beneficiosa para la economía, para el medio ambiente y para luchar contra los grandes incendios que asolan el país en verano.

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