
Estados Unidos quiere frustrar la estrategia del presidente Xi Jinping que pretende convertir a China en líder mundial de las industrias de alta tecnología del futuro. Pekín pretende escapar de la trampa de ingresos medios a través del camino más seguro, la tecnología y la industria de mayor valor añadido, que a la postre son los sectores que permiten unos salarios y beneficios empresariales superiores. No obstante, si China se hace con el dominio de estos sectores, los países desarrollados podrían sufrir las consecuencias.
China está intentando escapar de la trampa de ingresos medios. Si el dragón logra abandonar esta jaula figurada su fuego podría terminar calcinando a los países que le han dado de comer durante años. Europa, EEUU, Japón o Corea del Sur sufrirán de una forma directa la competencia del gigante asiático en la industria de alta tecnología, lo que puede repercutir en sus economías y mercados laborales. Por eso, desde EEUU se están empezando a plantear las primeras acciones definidas para frenar esta expansión.
Nuevos aranceles a industrias clave
Después de aplicar aranceles a industrias como el acero, el presidente de EEUU, Donald Trump, ahora tiene en mente 10 industrias estratégicas que Pekín pretende dominar en este siglo. Las medidas se podrían anunciar esta semana en sectores fundamentales del plan Made in China 2025 para impulsar la maquinaria de alta tecnología, la industria aeroespacial, los vehículos que funcionan a nuevas energías y la biotecnología.
Made in China 2025 es un programa que busca aniquilar a toda la competencia extranjera en este sector. abarca todos los sectores e industrias de alta tecnología que en la actualidad "contribuyen y mucho al crecimiento económico en los países desarrollados como pueden ser la automoción, aeronáutica, maquinaria industrial, robótica, alta tecnología marítima, de vehículos eléctricos o de dispositivos médicos".
"Estas son cosas en las que si China domina el mundo (industria avanzada), es malo para EEUU.", explicaba el representante de Comercio del país, Robert Lighthizer, a un comité del Senado este mes.
EEUU ahora ve a China como un rival estratégico y la imposición de tales restricciones marcaría un cambio concreto en sus políticas para contener el ascenso del país asiático en las industrias más avanzadas, según destacan desde la agencia Bloomberg.
"Que apunten contra Made in China 2025 le importa mucho más a China que los aranceles al acero o las lavadoras", explica a Louis Kuijs, economista jefe para Asia en Oxford Economics en Hong Kong, que anteriormente trabajó para el Banco Mundial en China. "Se trata del futuro e impacta en una de las ambiciones clave que China se ha fijado. Aumentaría la probabilidad de una fricción grave".
Industrias clave
Las medidas contra industrias clave del futuro abordarían más directamente las quejas de las empresas estadounidenses que realizan negocios e invierten en China. Estas han argumentado durante mucho tiempo que ese país usa una variedad de tácticas para obligar a las firmas de EEUU a transferir propiedad intelectual, y que las entidades chinas se dedican al robo generalizado de asuntos confidenciales en materia comercial de EEUU.
Después de una investigación sobre las prácticas de propiedad intelectual de China, el representante de Comercio dice que EEUU "se enfrentará a China por sus prácticas estatales y de distorsión del mercado" en estas áreas.
Los aranceles
El Gobierno de Trump ya ha aprobado aranceles específicos del 25% sobre 50.000 millones en importaciones chinas para compensar el daño causado a la economía de EEUU por las políticas de China, explica Lighthizer. Los detalles pueden llegar tan pronto como esta semana.
China ya terminó con el dominio de Japón en las exportaciones de alta tecnología de Asia en 2014, según el Banco Asiático de Desarrollo, y representó el 44% de las exportaciones de productos de alta tecnología tales como instrumentos médicos, aviones y equipos de telecomunicaciones ese año, frente al 9,4% en 2000.
Aunque en la mayoría de los sectores las tecnologías chinas de inteligencia artificial aún están atrasadas, los investigadores chinos se han convertido en una fuerza global en inteligencia artificial (IA) que no puede ignorarse.
Las compañías extranjeras temen no poder competir con las empresas chinas de IA y fabricación avanzada porque estas tienen el respaldo del Gobierno a través de inversiones y subsidios estatales.
China tenía 592 compañías de IA en julio del año pasado y una inversión industrial de 63.500 millones de yuanes (10.200 millones de dólares), ubicándose en segundo lugar respecto de EEUU en ambas medidas, según publicó en febrero la edición del periódico oficial People's Daily en el extranjero, citando estadísticas anónimas.
La producción de la industria está destinada a aumentar a 150.000 millones de yuanes para 2020 y a 1 billón de yuanes para 2030, según explicó el comunicado del Consejo de Estado. CCID Consulting, con sede en Pekín, estima que la producción de la industria fue de 70.000 millones de yuanes el año pasado.