
El director general de Supervisión del Banco de España entre 2009 y 2012, Jerónimo Martínez Tello, ha señalado este martes que entiende que la inyección de recursos públicos en Bankia fue superior a la necesaria porque el presidente entrante tras la salida de Rodrigo Rato, José Ignacio Goirigolzarri, quiso "cubrirse las espaldas".
Durante su comparecencia ante la comisión que investiga en el Congreso la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro, Martínez Tello ha reiterado que, con unas ayudas de 13.000 millones de euros, más las participaciones convertibles que ya tenía el Estado en la entidad, Bankia estaría "suficientemente capitalizada".
"Ahora, teníamos un problema. El problema fundamental es de gestión de la crisis de Bankia, un problemón", ha dicho Martínez Tello, que ha calificado así la salida de Rodrigo Rato, pues dejó "las posibilidades de la gestión de la crisis abiertas en canal".
En este contexto, ha explicado que "se estaba trabajando" para que Goirigolzarri, "el mejor consejero delegado disponible, o el mejor directamente", ha dicho, y que en estas conversaciones se discutía "en qué condiciones entra". "Cuando está abierta en canal, te quieres cubrir las espaldas, porque la responsabilidad moral, desde que entras, era sólo para él", ha dicho.
Así, ha señalado que el supervisor defendía una inyección de ayudas de 13.000 millones de euros adicionales, además de unos 3.000 millones como "apoyo temporal". Sin embargo, ha señalado que los nuevos gestores "asesorados por Goldman Sachs", entidad contratada por el Ministerio y no Bankia, ha recalcado, plantearon una necesidad de recursos que alcanzaba los 24.000 millones de euros, que finalmente rebajaron a 19.000 millones.
Arcadia financiera
Sobre la crisis financiera ha recordado que en 2006 "todo el mundo entendíamos que los fundamentales de las cajas y su solvencia hacían que ante una crisis el sistema financiero en su conjunto tendría resistencia para soportarla", aunque admitió que no se esperaba una crisis de esa magnitud.
En esta línea, denunció que "todo el mundo pensaba que se vivía en la arcadia financiera", algo que se produjo tras la entrada en la Unión Europea, que generó "un flujo de dinero tremendo" y excesos en el sector de la construcción, ya que "esperábamos que vinieran inmigrantes de todo el mundo".
En consecuencia, lo que hizo el sector financiero según este exresponsable del Banco de España fue "seguir el desarrollo económico del país en donde estaba, recalentando más el recalentamiento que ya había".
"Fue una crisis de país y económica que tuvo reflejo en las entidades financieras", reiteró Martínez Tello, quien admitió que "fallaron las políticas preventivas porque no supimos adaptarnos a que habíamos perdido la política monetaria y otras herramientas por el hecho de entrar en la UE".
Faltaban herramientas
En cuanto al sistema de supervisión, afirmó que era "superavanzado", aunque lamentó que "le faltaba una pata", las herramientas que le permitieran, al detectar desequilibrios, poder automáticamente decir a las entidades: "En tiempos de burbuja usted tiene que parar este segmento".
"Tener mucha inversión no era un incumplimiento", sostuvo Martínez Tello, quien recordó que en esos años previos a la crisis el nivel de financiación privada en España era un 40% superior al de la media europea.
En cuanto a la decisión de no aplicar una 'estrategia de shock', aseguró que "entendíamos que era inviable e inalcanzable", y añadió que en "la gestión de la crisis, dentro de las alternativas que teníamos, se eligió la mejor alternativa y la que mitigaba más los riesgos y hacía menos daño".
Por último, defendió los resultados de esa primera actuación, que se vieron afectados por el hecho de que hubo una segunda recesión por "mil cosas que se escapan al supervisor". De hecho, destacó que "la parte fundamental de la reestructuración financiera y la mitad del saneamiento se hizo antes de 2012".