"El narcotráfico ya forma parte de una cultura que se originó a partir de nuestros antepasados, y no sólo en México, sino en todo el mundo", dijo Joaquín 'El Chapo' Guzmán, el capo más poderoso del cartel de Sinaloa y del mundo, ahora encarcelado en Nueva York, a su entrevistador, el actor Sean Pean en 2015. De esto hace ya tres años y México aún no ha encontrado la fórmula para erradicar el narcotráfico. Al contrario, el país vive una de sus páginas más negras desde los últimos 20 años.
La cifra es desoladora: más de 25.000 homicidios en 2017, un aumento del 23% respecto al año anterior, según los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México. En otras palabras, alrededor de 70 asesinatos al día. "Los grandes cárteles mexicanos se han convertido en 'ejércitos' que atacan sin contemplación a los ciudadanos e invaden el territorio de ola de miedo", explica Ricardo Magaz, presidente de la Sociedad Científica Española de Criminología.
El mandato de Enrique Peña Nieto, presidente de México, llega a su fin el próximo mes de julio y su propósito de terminar con la corrupción y el narcotráfico ha acabado en un jarro roto. "El presidente empezó fuerte en la guerra contra el crimen organizado pero los hechos del día a día son también poderosos y tozudos", resalta Magaz.
El gobierno creó dos divisiones especializadas para reducir la delincuencia organizada: la División de Gendarmería de la Policía Federal y la Coordinación Nacional Antisecuestros. Iniciativas fallidas, que no han conseguido su objetivo a nivel estatal. En concreto, los niveles de secuestros se han estancado desde 2015, registrándose 1.148 secuestros en 2017, que equivale a 3 secuestros diarios en México. "Es en los gobiernos locales donde la corrupción es muy fuerte y el estado no llega con autoridad. Aquí está situada la mayor parte de la violencia y los narcos locales actúan como 'señores' del territorio", revela Magaz.
Los estados dominados por los narcos
"El narcotráfico en México es una auténtica 'multinacional', que además de colosales beneficios económicos genera una espiral de violencia que pone al estado contra las cuerdas. No podemos hablar en rigor de un estado fallido, pero sería el ciclo anterior a ello", precisa Magaz.
Sólo seis de los 32 estados aztecas han disminuido, de forma liviana, su número de homicidios en 2017 con respecto al año anterior. Hay zonas, que, por su ubicación, resultan estratégicas para el tráfico de drogas. Es el caso de los estados de Guerrero y Baja California. En particular, Guerrero es la región de México con más asesinatos, con una cifra que supera los 2.000 homicidios. La zona se encuentra en disputa por más de 10 cárteles de la droga.
Lo mismo ocurre con Baja California. El estado hace frontera con Estados Unidos y es una zona de influencia para transportar la mercancía. En 2017 se produjeron 2.092 homicidios.
En paralelo, las zonas que presumiblemente se han caracterizado por ser más tranquilas, este último año han crecido en número de homicidios. El estado de Quintana Roo, una zona de gran atractivo turístico para extranjeros, ha sufrido el doble de asesinatos que en 2016, registrándose 359 en 2017.
EEUU y México unidos contra las drogas
Un inexpugnable bastión urbano de 12 pisos tiene recluido en el corazón del bajo Manhattan a El Chapo Guzmán. El narco fue trasladado desde Sinaloa al Centro Correccional Metropolitano de Nueva York para evitar que corrompiera otra vez a los funcionarios mexicanos y se fugara de nuevo impunemente. Todo esto demuestra que la administración de Estados Unidos está ofreciendo ayuda militar y policial para luchar contra los narcos. Pero, ¿es suficiente la ayuda de Estados Unidos para acabar con ellos?
En su batalla contra el crimen, el gobierno mexicano, junto con la ayuda de EEUU, se ha adjudicado una victoria. De los 122 grandes cargos de la delincuencia organizada que había como objetivos prioritarios en busca y captura, 109 han sido neutralizados. "El problema es que ocurre el efecto cucaracha, acabas con uno y aparecen más para dominar el territorio", declara Iván Antonino Sosa, consejero de Prensa de la Embajada Mexicana en España.
Los problemas ocasionados en la frontera con EEUU han disminuido. En 2017 hubo 536 detenciones en aduanas de personas afiliadas a las bandas organizadas, un 23% menos que en 2016, según los datos ofrecidos por el departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de EEUU. Pero estos datos no son determinantes. En lo que llevamos de 2018 ya ha habido más de 200 detenciones a narcotraficantes. "El hecho de que coyunturalmente las detenciones y decomisos en fronteras y aduanas hayan podido decrecer es consecuencia lógica de la transición de los modus operandi. Pero no significa que la cantidad de sustancias traficadas sea menor", revela Magaz.
¿Las medidas tomadas contra el narcotráfico por ambos gobiernos son correctas? La piedra angular de este negocio se divide en tres fases: producción, transporte y comercialización. "Intentan eliminar las dos primeras, pero la etapa de comercialización que da razón de ser al negocio de la droga, no está siendo atacada en profundidad. Si disminuye la comercialización o desaparece, se termina el negocio", destaca Enrique Prueger, especialista en homicidios del Instituto Prueger.
"La violencia generada en México por el tráfico ilícito de drogas, armas y dinero entre Estados Unidos y México, es un problema compartido que sólo terminará si se tratan sus causas de raíz: la alta demanda de drogas en Estados Unidos y la oferta desde México (y otros países)", concluyen las fuentes oficiales del gobierno mexicano.