Economía

La tensión política aboca a un bienio sin una sola reforma

  • Se reducen las opciones de lograr acuerdos en pensiones o contratos
  • La reforma de la financiación de las CCAA, también en el tintero
Mariano Rajoy y Albert Rivera, en el Congreso. Imagen: EFE

La ruptura de la sintonía entre el Gobierno y Ciudadanos, clave para que prosperasen el pacto presupuestario del año 2017 y la aprobación de leyes de autónomos y de contratación pública, amenaza con convertir el resto de la legislatura en un erial.

Reformas previstas, como las de la justicia o la educación, pactadas en su día por Mariano Rajoy y Albert Rivera, parecen ahora una quimera. Si a esa ecuación se le suma la poca disposición del PSOE a sumar escaños con la derecha, los acuerdos por las pensiones o la financiación autonómica amenazan con retrasarse hasta más allá de nuevas elecciones.

Una legislatura protagonizada por un intenso crecimiento, con el PIB por encima del 3 por ciento, el paro reduciéndose casi dos puntos por año y con la salida de España del procedimiento déficit excesivo, a punto de producirse. Hitos producto de un periodo legislativo muy intenso entre los años 2012 y 2015, pero que no tendrán continuidad en el tiempo sin los necesarios acuerdos legislativos entre partidos. Así lo ponen de manifiesto todas las instituciones nacionales e internacionales, que advierten del peligroso parón de leyes y ya pronostican un crecimiento más bajo este año -de entre el 2,3 y el 2,6 por ciento-.

Proyectos totalmente parados

Normas como la destinada a mejorar el tamaño empresarial, clave en un país donde un 98 por ciento de las compañías cuentan con menos de 50 trabajadores, también han quedado atascadas. Y ello pese a las presiones del sector exportador, que advierte de que la espectacular progresión de las ventas al exterior -superan los 280.000 millones al año- tiene caducidad sin nuevos apoyos legislativos.

De otros cambios previstos por el Gobierno en el plan presupuestario remitido a Bruselas en octubre no hay noticia. La simplificación de la contratación a tres modelos; la estrategia de Impulso y Transformación de la Administración Pública para el período 2017-2019, que iba a ser dotada con 400 millones este año; y la reforma de la Ley de Mutuas, han quedado aparcadas en un cajón, primero por el conflicto catalán y después por la enorme tensión política.

Costuras financieras en peligro

Pero si hay una reforma en la que el desacuerdo torna peligroso, esa es la de pensiones. La Seguridad Social, con un déficit acumulado de casi 18.800 millones, amenaza con convertirse en un lastre para la consolidación presupuestaria. Sin hucha de las pensiones -le quedan poco más de 8.000 millones, ni para una paga mensual- y con la necesidad de recurrir a préstamos del Estado, el sistema necesita de acuerdos para garantizar su sostenibilidad.

Es cierto que la recaudación crece más del 5 por ciento, pero la desaceleración que se espera del PIB puede incluso dar al traste con la única herramienta que ho

y puede ir tapando el agujero poco a poco.

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