
Las previsiones del Foro Económico Mundial en materia de lucha contra la diferencia salarial entre hombres y mujeres son poco halagüeñas. En su último Informe Global sobre la Brecha de Género, el WEF -por sus siglas en inglés- advertía de la ralentización en la batalla contra la brecha de sueldos a nivel global y resaltaba que, de no tomar medidas urgentes, este gap tardará dos siglos en cerrarse.
En concreto, en este apartado, los expertos del WEF advierten de que se ha retrasado en 47 años el momento del supuesto ensamblaje remunerativo respecto a su último diagnóstico, lo que relega más de dos siglos (exactamente, 217 años) la proclamación de la igualdad retributiva. Llegará en el año 2234.
Dejando de lado los salarios, la brecha en la igualdad de género en el mundo solo se cerrará dentro de 100 años, de acuerdo con este informe, que constata un retroceso de la paridad en 2017 por primera vez en una década debido, sobre todo, a la desigualdad en el lugar de trabajo y en representación política.

Tras el declive del año pasado, el 68% de la brecha en la igualdad de género a nivel global ha sido cerrada, ligeramente por debajo del 68,3% registrado en 2016 y del 68,1% observado el ejercicio anterior. Detrás del retroceso está un incremento en la brecha de la paridad de género en los cuatro pilares que analizan el informe: logros educativos, salud y esperanza de vida, oportunidad económica y empoderamiento político, aunque las dos últimas áreas representan un mayor motivo de preocupación. Ambas registraban hasta ahora las mayores desigualdades, pero también eran hasta 2017 las dos áreas que más rápidamente mejoraban para cerrar la brecha, indica el Foro.
Si bien el WEF detalla que una serie de países se han desmarcado de la tendencia sombría que dibuja el informe, dado que más de la mitad de las 144 naciones analizadas el año pasado mejoraron su puntuación en los últimos 12 meses.
Empeoramos en lo económico
España, por ejemplo, avanza cinco puestos y se sitúa en la posición 24 del ranking mundial, en los mismos niveles que el resto de países de Europa Occidental. Nuestro país obtuvo el año pasado 0,746 puntos sobre un total de 1 punto que equivale a la paridad, con lo que cerró la brecha de género en casi un 74,6%, es decir, aún nos queda alrededor de un 25% para conseguir la igualdad completa.
Hemos dado un gran salto en el capítulo de salud y supervivencia, que mide la esperanza de vida, entre otros aspectos, al avanzar diez posiciones, hasta el lugar 81. También hemos avanzado cuatro puestos en empoderamiento político, hasta el 22, pero hemos descendido una posición en participación de mujeres en el Parlamento. En cuanto a las mujeres en posiciones ministeriales, España ha escalado desde el puesto 24 hasta el 13.
Sin embargo, hemos empeorado en participación y oportunidad económica, donde hemos pasado del puesto 72 al 81, no hemos mejorado nada en la participación de la mujer en el mercado laboral -nos mantenemos en el 54- y perdemos cuatro posiciones en el área de legisladores, altas funcionarias y directivas, hasta situarnos en la 68.
Una de las peores notas para España, de hecho, es la obtenida en igualdad de salarios para un trabajo similar, donde nuestro país cae al puesto 122 (recordemos, de 144) y baja otros cinco lugares en el campo de ingresos estimados, hasta el 60.
Islandia, la más igualitaria
Precisamente es Islandia el país que acaba de ilegalizar la diferencia de sueldos entre mujeres y hombres en el mismo puesto de trabajo, quien ocupa la primera posición en cuanto a salarios, convirtiéndose en la nación que está más cerca de cerrar la brecha de género de todos los analizados.
En el cómputo total, Islandia es el país más igualitario por noveno año consecutivo y ha superado la desigualdad en casi un 88%, según el informe del WEF, que le otorga 0,878 puntos sobre uno.
Es más, la diferencia entre Islandia y el segundo país mejor posicionado, Noruega, aumentó en 2017, al igual que ocurrió en el caso del tercero más avanzado, Finlandia.