Latinoamérica avanzará un 2%, pero acechan los riesgos normativos y fiscales
Mientras el consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon, reconocía ayer que Estados Unidos podría alcanzar un crecimiento del 4 por ciento este año tras la aprobación de la reforma fiscal, el Banco Mundial (BM) se mostró mucho más modesto con sus proyecciones. La organización publicó ayer sus Perspectivas Económicas Globales, donde indicó que la mayor economía del mundo crecerá un 2,5 por ciento en 2018, dos décimas más que el año pasado y tres décimas más de lo previsto en junio.
"Es probable que los beneficios del estímulo fiscal se vean restringidos porque la economía ya está operando a una capacidad casi plena y el ritmo de la normalización de la política monetaria podría acelerarse ligeramente", indicaron los expertos del BM, que señalaron que todavía existe bastante incertidumbre sobre un amplio rango de temas cuando se refiere a EEUU. A ojos de la institución temas comerciales, la inmigración así como una política fiscal "arriesgada" pueden contribuir a tensiones en los mercados.
Los economistas del BM señalaron además que otras iniciativas políticas de la administración Trump en áreas como el sistema de salud o la inversión en infraestructuras, han tenido avances limitados. Al mismo tiempo, "el resultado de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sigue siendo incierto".
Precisamente, dadas las profundas relaciones comerciales entre EEUU, México y Canadá fruto de este acuerdo, la institución advierte que deshacer el TLCAN "podría resultar en un declive sensible en el comercio de estos países". Además recalcan que "debido a la interconexión de los países del TLCAN con la economía global, los cambios importantes en sus políticas comerciales podrían afectar al resto del mundo".
Dicho esto, el BM estima que 2018 será el primer año, desde la crisis financiera, en el que la economía mundial funcionará cerca a plena capacidad, con un avance del 3,1 por ciento. En América Latina y el Caribe se espera un repunte de la expansión económica del 2 por ciento, lo que representa un aumento respecto del 0,9 por ciento del año pasado pero una rebaja de una décima desde el verano. No obstante, la intensificación de la incertidumbre normativa, los desastres naturales, el incremento en el proteccionismo de EEUU o un mayor deterioro de las condiciones fiscales de los propios países podrían desviar el curso del crecimiento. Aún así, se espera que Brasil y México crezcan un 2 y un 2,1 por ciento.