
El próximo año se cumplirá una década desde la caída de Lehman Brothers, el batacazo que metió en cintura la desmesura de los mercados financieros. Se cumplirán también 40 años desde que un inversor en la firma de otros hermanos, Salomon Brothers, diseñara el primer bono respaldado por hipotecas, marcando el inicio de la época dorada de bonos y derivados financieros que llevarían hasta la crisis.
Europa inaugurará este 2018, precisamente con la entrada en vigor de su Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID II), el instrumento postcrisis diseñado para dar más transparencia a los mercados, y controlar sus operaciones. El macropaquete legislativo, con más de 1,4 millones de párrafos con requerimientos, ha sufrido varios retrasos, dadas las dificultades del regulador europeo de mercados (ESMA) y el sector financiero para prepararse para su entrada en vigor.
La crisis financiera provocó el rescate de cinco socios del euro. Diez años después, Grecia concluirá su tercer programa de ayuda, marcando el cierre a la época de los salvamentos. Volverá a los mercados con una economía robustecida, aunque con un endeudamiento descomunal que obligará a los acreedores y a Atenas a renegociar los términos de su apalancamiento.
El curso político no traerá bolas de partido durante los próximos 12 meses. Sólo Italia acudirá a las urnas en marzo, con el incombustible Silvio Berlusconi en posición de liderar un gobierno por quinta vez.
A partir de ese mes, los socios europeos y el Reino Unido empezarán a negociar los parámetros de su futura relación, la parte más complicada del Brexit. El objetivo es tener una declaración política de la nueva asociación para octubre, cuando deberían arrancar los trámites parlamentarios para tener todo listo cuando se produzca la salida de las islas en marzo de 2019.
El año arrancará probablemente sin conocerse la formación del nuevo Gobierno en Berlín. Angela Merkel y los socialdemócratas liderados por Martin Schulz intentan cuajar un acuerdo que sitúa a Europa, y la profundización de la zona euro, como uno de los puntos donde más encaje de bolillos deben realizar. Una vez que Berlín supere su impasse político, Emmanuel Macron aprovechará los próximos meses para sacar adelante su ambiciosa agenda europea, que incluye los primeros pasos hacia la tan esperada unión fiscal con un presupuesto para la eurozona. La primera escaramuza llegará en la cumbre de marzo, y la enésima hoja de ruta para concluir la unión monetaria podría firmarse junio.