Economía

EEUU, a por otro gran año con Trump

  • La economía norteamericana obvia las polémicas del nuevo presidente

El desembargo el pasado 20 de enero del empresario multimillonario Donald Trump en la Casa Blanca no dejó indiferente a nadie. Su administración ha roto moldes y levantado ampollas tanto a nivel nacional como internacional pero se ha visto acompañada, eso sí, por una sólida radiografía económica.

Así lo demostraron los datos más recientes, que confirman que el PIB logró su mayor ritmo de crecimiento en los últimos dos años en el tercer trimestre del 2017, impulsado por el gasto empresarial, y a la espera de recibir el impacto de los recortes de impuestos aprobados por el partido republicano en el Capitolio.

Medidas, junto a la eliminación de cargas regulatorias en una amplia gama de sectores e industrias, que mejoran la competitividad de las empresas patrias, al rebajar el impuesto de sociedades desde el 35 por ciento hasta el 21 por ciento. La reforma tributaria, una de las más importantes desde 1986 y pieza clave de la agenda económica del presidente, también incluye rebajas fiscales para los ingresos sobre la renta, aunque estos expirarán en 2025. Su factura total ascenderá, según las estimaciones, hasta los 1,5 billones de dólares.

De momento, este estímulo fiscal llega en un momento en que la economía goza de pleno empleo, con una tasa de paro que se sitúa en el 4,1 por ciento, la más baja de los últimos 17 años, pero donde las presiones inflacionarias todavía no son del todo evidentes.

La solidez del mercado laboral así como la expansión económica han respaldado a la Reserva Federal (FED) a la hora de subir tipos en tres ocasiones en el año que estamos a punto de cerrar. Si la actividad no se sobrecalienta demasiado, el banco central estadounidense, que cambiará de capitán a finales de enero, cuando Jerome Powell tome las riendas de las manos de Janet Yellen, tiene previstos hasta tres incrementos más para el ejercicio 2018.

Futuros retos

Con su primera gran victoria bajo la manga, el próximo reto legislativo de Trump reside en conseguir que el Congreso apruebe un plan de inversión en infraestructura. También busca conseguir que los legisladores orquesten una reforma del sistema de las ayudas sociales así como completar un presupuesto definitivo.

Si la administración Trump y la Fed logran que el avance estadounidense se mantenga hasta la segunda mitad de 2019 sin registrar dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, lo que estaría considerado como una recesión técnica, el país promete coronar la expansión económica más larga de la historia. De esta forma se superarán los 10 años de crecimiento consecutivo acumulado durante la década de los 90, que culminó con la burbuja de las dot.com.

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