
Se han publicado multitud estudios y artículos pronosticando el fin del dinero efectivo. Sin embargo, en los últimos años este tipo de dinero podría estar recuperando terreno, a lo mejor no como forma de pago, pero sí como forma de ahorro, como una especie de activo refugio ante la incertidumbre financiera.
Clemens Jobst, economista jefe en el Banco Nacional de Austria, y Helmut Stix, investigador en la misma institución, destacan en un trabajo titulado Assessing recent increases in cash demand (Evaluando el reciente incremento en la demanda de efectivo), que "al contrario de las predicciones sobre la caída de la demanda de efectivo ante el incremento de las posibilidades de pago, la demanda de divisa física se ha incrementado en la Eurozona y en EEUU".
Entre 2007 y 2014, el dinero físico como porcentaje del PIB se ha incrementado del 13,3% hasta el 16,1% en Reino Unido, mientras que en EEUU y la Eurozona los datos recopilados muestran una tendencia similar.
En la Eurozona, el efectivo per cápita es de 3.400 euros, mientras que en EEUU la cifra alcanza los 4.200 dólares, pero más interesante que estos datos absolutos es "ver como el cash se ha incrementado respecto al peso de la producción nacional en los últimos años".
Desde 2007
Esta tendencia se ha acentuado a partir de 2007. Todo hace indicar que los bajos tipos de interés, a una menor confianza en los bancos y una mayor incertidumbre, que están reforzando el papel del efectivo como un activo seguro.
La fuerte bajada de los tipos de interés tras la crisis de 2007/08 pueden representar una parte importante del aumento en la demanda de efectivo. El coste de oportunidad entre tener el dinero debajo del colchón o en un depósito es escaso, dada la baja remuneración de los productos bancarios más conservadores.
Por último, la Gran Recesión puede ser otro de los propulsores que han llevado a los agentes a demandar más dinero físico: "Encontramos que en las economías que no han sufrido crisis bancarias sistémicas en los últimos años, la demanda de efectivo no se ha incrementado".
"Esta experiencia contratas con la demanda de efectivo en las economías que han sufrido crisis sistémicas de su sistema financiero en 2007 y 2008". No obstante, estos expertos reconocen que estos hechos sólo podrían explicar parte de esta tendencia, por lo que "no es una buena idea pensar en la eliminación del dinero físico por medios de pago electrónico hasta que se haya dedicado más tiempo a esto".