
Mohamed bin Salman, reformador y autoritario, es el hijo favorito y heredero del monarca saudí, Salman bin Abdulaziz. Por sus iniciales se le conoce como "MBS" o "el señor todo" y ha arrestado a miembros de la familia real acusados de corrupción, una inesperada maniobra que el periódico Al Riyadh celebró como paso clave hacia la modernización social y económica, subrayando que el príncipe demuestra que nadie está por encima de la ley. l Arabia Saudí invertirá 1.000 millones de dólares en las compañías espaciales de Virgin
No en vano, el reino ultraconservador atraviesa momentos difíciles. La economía tropieza debido a la caída de los precios del petróleo y la guerra en Yemen es un completo desastre, mientras que el bloqueo de Qatar no lleva a ninguna parte y el archienemigo Irán continúa extendiendo su influencia.
En medio de ese paisaje sombrío, MBS puede representar un futuro prometedor. Con apenas 32 años de edad, el príncipe heredero cuenta con el respaldo de la población para la renovación, principalmente por parte de los jóvenes saudíes. Su lenguaje es claro y cargado de autocrítica, generando así optimismo, ganas de participación y dinamismo social.
Aun así, queda la duda de cuáles son los verdaderos motivos del príncipe. Si es el comienzo de una nueva fase o tan solo quiere deshacerse de posibles rivales, como medida de precaución, y queda la interrogante de si está comprometido en luchar contra la corrupción.
Pelea por la sucesión
El hecho de que el príncipe está ahora a cargo de una fuerza anticorrupción parece más un medio para castigar a sus oponentes que otra cosa. De este modo, Bin Salman debería convertirse en rey cuando su padre fallezca, pero no hay garantías de que la sucesión sea fluida cuando su padre muera o renuncie, ya que otros miembros de la familia real pueden optar por cerrar filas para frustrar su ascenso.
Estos últimos arrestos pueden reforzar la idea de que el debate sobre la sucesión es más complejo de lo que el rey y su hijo quisieran. El 20 de junio, el octogenario Salman, anunció que MBS reemplazaría a su sobrino Mohammed bin Nayef para heredar el trono.
La influencia y el poder de Bin Salman es impresionante y su progreso ha sido meteórico. Su carrera política comenzó como gobernador de Riad y luego como asesor de su padre. Se convirtió en jefe de la corte del rey en 2012, asumiendo un rol ministerial. Cuando su padre se convirtió en rey, Bin Salman fue nombrado ministro de Defensa, siendo la persona más joven del mundo en ocupar el cargo.
Corrupto, avaro y arrogante
Habiendo ocupado varios puestos políticos al mismo tiempo, MBS ha sido tildado por el periódico alemán Die Zeit como "corrupto, avaro y arrogante". De hecho, ha avivado la disputa con Irán, diciendo que el régimen en Teherán "no cambiará de la noche a la mañana", aunque la crítica internacional a la ultraconservadora ideología islámica de su país no le altera. Así, no parece que el príncipe busque expandir las libertades y es más probable que siga gobernando con mano de hierro.
Además, el vecino Yemen es muy importante para MBS. Con la ayuda de EEUU, Arabia Saudí entró en el conflicto hace dos años, con el fin de derrotar a los rebeldes hutíes. En vez de resolverlo, la campaña militar saudí ha contribuido a una de las peores crisis humanitarias en la actualidad, hasta el punto de que Human Rights Watch ha documentado crímenes de guerra saudíes y ataques aéreos indiscriminados. Por ello, existe una preocupación grave ya que "la agresiva política exterior de Mohammed bin Salman agrava el conflicto regional".
Si resulta que, de verdad, sus propósitos de reforma son sinceros, el campo para llevarlas a cabo es amplísimo.
Reformas en el horizonte
Arabia Saudí necesita modernizarse y solo conseguirá atraer más inversores privados del exterior si cambia la imagen del país. En este sentido, asesores y consultores internacionales, como McKinsey o Boston Consulting Group, han canalizado sus esfuerzos en el concepto denominado Vision 2030 para el liderazgo saudí. En este punto, las reformas afectan al sector económico así como a la cultura y la religión.
Bajo su influencia, y en una decisión histórica, las mujeres saudíes han logrado la libertad de conducir, pero los derechos humanos continúan sin ser prioritarios en el reino. Sin ir más lejos, el blogero Raif Badawi todavía está encarcelado desde su detención en 2012, pese a la presión mundial para liberarlo.