La huelga general convocada ayer por el sindicato minoritario Intersindical CSC en apoyo a la república catalana y a favor de la liberación de los líderes de la ANC y Òmnium y los miembros del gobierno catalán encarcelados, obtuvo un seguimiento muy bajo.
De acuerdo con la patronal de grandes empresas, Fomento del Trabajo, el efecto fue prácticamente nulo. "No ha habido seguimiento en los transportes públicos (metro, autobuses y demás medios), ni en el sector de hostelería y restauración, ni el comercio, ni en el ámbito industrial", apuntaban. Ninguno de los grandes sindicatos, CCOO o UGT, se sumó a la huelga, por sus implicaciones políticas.
De hecho, excepto en el sector educativo -donde de acuerdo con Delegación del Gobierno el seguimiento fue del 34,98 por ciento-, y en las vías de transporte, que se convirtieron en el centro de las protestas, las empresas que se adhirieron a la huelga fueron muy pocas. Pimec, la patronal de las medianas y pequeñas empresas, señaló que aproximadamente un 4,3 por ciento de las pymes habían secundado la huelga; una cifra significativamente inferior al paro de país del pasado 3 de octubre, cuando se sumaron un 54 por ciento de las pequeñas empresas.
Cecot, patronal del Vallès más cercana al independentismo integrada en Fomento del Trabajo, señaló que, en el caso de sus empresas asociadas, el seguimiento había alcanzado el 20 por ciento. En la jornada de paro del 3-O, esta patronal señaló que un 70 por ciento de sus asociados se habían adscrito. El seguimiento se registró incluso a pesar del caos causado por los piquetes durante todo el día; tratando, por una parte, de dificultar el acceso a Barcelona; y, por la otra de impedir el tráfico de camiones entre España y Francia.
De hecho, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), cifró en 25 millones de euros las pérdidas generadas por los cortes de tráfico; en gran medida, de la AP 7, que une Cataluña con Francia. De acuerdo con CETM, un 60 por ciento de este importe son pérdidas generadas por el transporte internacional. "Por la Jonquera circulan 20.000 camiones diarios", explicó un portavoz de la confederación, que señaló que muchos transportistas se vieron atrapados por los cortes de tráfico y, sobre todo, por su duración. "Nos sorprendió mucho que ni la policía autonómica ni la nacional reabrieran el tráfico", añadió. Para CETM la situación es insostenible, ya que un 85 por ciento de las mercancías se mueven por carretera. El rupturismo, que también convocó manifestaciones ayer, ya ha amenazado con convertir la huelga en indefinida.
Invasión de vías
La ocupación de vías por parte de manifestantes bloqueó los dos principales ejes ferroviarios catalanes: la alta velocidad hacia Francia y hacia Madrid. También hubo cortes en puntos de la red de Rodalies por la invasión de las vías y la colocación de obstáculos. Más de 10.000 usuarios se vieron afectados.
La alta velocidad entre Barcelona y Francia quedó paralizada casi todo el día por la invasión de la estación del AVE en Girona desde las ocho de la mañana y hasta el último tren del día. Centenares de manifestantes de todas las edades presionaron el cordón policial que protegía la estación hasta lograr superarlo y pasaron la jornada en las vías.
En Barcelona, poco antes de las cinco de la tarde centenares de estudiantes ocuparon las vías del AVE de la estación de Sants -afectando a una veintena de trenes hasta el fin de la jornada-, así como una vía por la que no pudieron circular las líneas 1, 3 y 4 de Rodalies hacia el sur.