La inestabilidad que ha provocado el conflicto entre la Generalitat y el Gobierno central ya pasa factura al mercado laboral. Cataluña generó uno de cada cuatro parados en España el pasado mes de octubre, en plena explosión del procés independentista, y apenas aportó 1.700 cotizantes a la Seguridad Social.
Las cifras que hizo públicas ayer el departamento que dirige Fátima Báñez certifican que "se está parando la creación de empleo en Cataluña". Así lo aseguró la ministra del ramo, a la vista de que el pasado mes de octubre la región catalana fue la que más engordó la cola del paro, con 14.698 desempleados más, el 25 por ciento de los 56.844 nuevos parados en España, y sólo sumó 1.700 afiliados -no llega al 2 por ciento del total de 94.368-.
El mal dato está "directamente relacionado" con la crisis catalana, a juicio del profesor y coordinador del departamento de investigación del IEB, Miguel Ángel Bernal, quien señala que "hay indicadores que lo avalan", como la caída de ventas de las grandes superficies, la disminución de la ocupación y de las reservas hoteleras, el desplome de la inversión y el traslado de las sedes de 2.000 empresas fuera de Cataluña.
Sin embargo, su colega Javier Santacruz pide coger las cifras "con pinzas". Con la cautela con la que hay que analizar un dato mensual, si desplazamos del análisis el factor catalexit, cabe esperar que Cataluña aparezca entre las comunidades autónomas que más parados incorpora en el mes de octubre. Primero, porque el catalán es, junto con el madrileño, el andaluz y el valenciano, uno de los cuatro grandes mercados laborales de nuestro país y, por ello, las variaciones en términos absolutos, tanto al alza como a la baja, tienen un mayor impacto. Además, el buen tiempo hace que cada vez la temporada tu- rística veraniega finalice más tarde, por lo que en octubre se destruyen muchos empleos de un sector que aporta nada menos que el 12 por ciento del PIB catalán.
Con todo, las cifras registradas en la región en octubre de este año -los treinta y un días política y económicamente más convulsos de la historia reciente de Cataluña- son mucho peores que en el mismo mes de 2016, cuando se sumaron 7.325 parados y 5.858 ocupados.
Sin embargo, la comparación autonómica muestra que en el décimo mes de 2017 no ha sido en Cataluña donde más ha crecido el paro (un 3,7 por ciento), sino en Baleares, que tras el fin del verano aumentó en hasta un 21 por ciento su cifra de desempleados. Por detrás se sitúa La Rioja (7 por ciento) -que sufrió el fin de la vendimia- y Cantabria (3,8 por ciento).
Aun así, el dato de aumento del desempleo en Cataluña multiplica por dos el de toda España (1,67 por ciento), algo inusual en los octubres de los últimos años, y el ritmo de creación de empleo, de un leve 0,05 por ciento, se queda lejos de la media nacional del 0,5 por ciento.
Pero el enfriamiento en Cataluña en octubre no esconde su buen comportamiento durante el último año, tanto en la evolución del desempleo como en la afiliación a la Seguridad Social. En los últimos 12 meses el número de inscritos en las oficinas públicas catalanas ha bajado en 43.335 personas, un 9,45 por ciento, y el sistema ha ganado casi 120.000 afiliados, un 3,76 por ciento. En ambos casos, las cifras mejoran el promedio nacional, pues el paro ha caído un 7,9 por ciento en el último año (297.956 parados menos) y el empleo se ha incrementado un 3,46 por ciento (617.173 afiliados más).
Buena inercia del mercado
Una vez contextualizados los números que arroja la estadística laboral de octubre en Cataluña, las cifras globales reflejan que el referéndum ilegal del 1-O y la escalada de tensión posterior apenas tuvieron efecto sobre la creación de empleo en el conjunto de España. En este sentido, desde BBVA Research señalan que el mercado laboral "sorprendió al alza" en octubre, ya que la afiliación ganó tracción y se registraron unos mejores datos de los esperados, "a pesar de la incertidumbre", en evidente alusión al conflicto catalán.
En concreto, tras otra temporada turística de récord, e impulsado por el repunte de la demanda de empleo después de las vacaciones, el paro subió en 56.844 personas en el décimo mes del año, por debajo de las 90.000 que se han registrado por término medio en este periodo en los últimos ocho años, con lo que la cifra total de desempleados se sitúa en 3.467.026 personas, el nivel más bajo desde 2009.
Por sectores, el paro registrado disminuyó en 5.910 personas en la construcción y en otras 173 entre el colectivo sin empleo anterior. Subió, sin embargo, en la agricultura (9.194) y en la industria (2.028), y sobre todo en los servicios (50.985).
Por el contrario, la afiliación a la Seguridad Social creció en 94.368 cotizantes, una cifra ligeramente inferior a la del año pasado.
La afiliación media alcanza así los 18.430.529 ocupados y acerca el objetivo del Gobierno de lograr 20 millones de personas trabajando en España en el año 2019.
Como todos los meses de octubre, el empleo creció especialmente en el sector de la educación por el inicio del curso escolar, con 137.152 afiliados más. La buena noticia la dio el sector de la construcción, que ya aporta tasas positivas al empleo - en octubre fueron 17.779 afiliados más que en septiembre-. Por el contrario, la hostelería fue el sector que más empleo destruyó como consecuencia del fin de la temporada de verano. En concreto, la afiliación se redujo en 60.030 personas.
En cuanto a la contratación, el mercado laboral mantuvo en octubre la tónica habitual de un contrato indefinido por cada nueve temporales. Se firmaron más de dos millones de contratos, el 8,8 por ciento más que en el mismo mes del año pasado, de los que apenas fueron fijos algo más de 200.000. Para el secretario ejecutivo de Empleo del PSOE, Toni Ferrer, se trata de una proporción "inasumible" que "no apunta en la dirección de crear empleo de calidad que dote de solidez a la recuperación económica".
Desde las organizaciones sindicales volvieron a denunciar ayer "el grave problema estructural del desempleo". CCOO pidió la convocatoria urgente de la Mesa de Calidad por el Empleo, en la que participan Gobierno, patronal y sindicatos, para "abordar una reforma de la contratación que acabe con la precariedad y la elevada temporalidad".
Mientras, desde el Ministerio de Empleo destacaron que la contratación indefinida crece un 21,4 por ciento en términos interanuales, el triple que la temporal, y el secretario de Estado, Juan Pablo Riesgo, se refirió a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para recordar que, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), el 73 por ciento de los trabajadores asalariados dispone de un contrato de trabajo indefinido.
En suma, el Gobierno destacó ayer, en boca del ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, los "buenos datos" de paro y afiliación a la Seguridad Social registrados en el mes de octubre y aseguró que, junto "a la buena senda económica", confirman que el nuevo ciclo económico, político y social es una realidad. Está por ver el impacto de la crisis catalana en los próximos meses.