
El diagnóstico de otoño, ofrecido por los principales institutos económicos de Alemania, muestra un ascenso en el crecimiento del PIB de cuatro décimas con respecto a lo anteriormente presupuestado, por lo que se crecerá al 1,9% y en 2018 al 2%.
En lo que llevamos de año, se ha crecido al 2,2%, un ritmo nunca conocido desde el ejercicio de 2010. La ocupación laboral ascenderá, asimismo, tal y como reflejan las estadísticas ofrecidas. En el primer semestre del año Alemania obtuvo muy buenas cifras de crecimiento, estimuladas por el elevado ritmo de exportaciones y el consumo de los hogares. También aumentaron significativamente el gasto privado y el gubernamental.
Uno de los sectores estratégicos es el de la construcción, en expansión por las bajas tasas de interés y la creciente necesidad de vivienda. Tanto es así, que adolece de falta de mano de obra.
El crecimiento económico también viene de la mano de una subida de la inversión de las empresas y el gasto privado en consumo, cosa que seguirá en auge, debido a la moderada inflación. Sin embargo, advierten que si la inflación sufriese grandes variaciones, esta subida podría amortiguarse.
Más empleo para 2018
Previsiblemente aumentarán los salarios brutos y, si se sigue el plan trazado por la Gran Coalición respecto al salario mínimo, éste se revalorizará en pocos meses. Se espera que el número de empleados crezca un 1,1% en 2018 y aumentará ligeramente este año, hasta el 1,5%. Según los institutos financieros, la tasa de desempleo descenderá del 5,7% actual al 5,5% el año que viene y 5,2% en 2019.
Si se sigue la línea de estas previsiones, no se cumpliría la principal promesa electoral de Angela Merkel, el "pleno empleo" para 2021, por debajo del 3,5% es su intención.