Economía

Estados Unidos ultima los detalles de la rebaja fiscal por valor de 1,6 billones de dólares

  • Trump exige igualar el impuesto de sociedades al 15% de China
Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EEUU.

La Casa Blanca y los líderes republicanos en el Capitolio ultiman la letra pequeña de una reforma tributaria histórica de la que todavía se desconocen muchos detalles. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incidía la semana pasada a través de su cuenta de Twitter que los legisladores debían hacer todo lo posible para igualar el impuesto de sociedades a los niveles de China, que cuenta con un gravámen del 15%, la cifra fetiche del mandatario estadounidense.

Sin embargo, en la trastienda de las negociaciones tanto miembros de la Administración, como el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, como buena parte de los congresistas republicanos consideran que dicha meta no es materialmente sostenible. Ahora las miras están puestas en el próximo 25 de septiembre, cuando se dará a conocer más información sobre el proyecto en el que trabajan líderes republicanos y Casa Blanca. "El Congreso y la administración tendrán como objetivo una tasa impositiva del 25%, una reducción de 10 puntos porcentuales con respecto a los niveles actuales", señala Michael Pugliese, analista de Wells Fargo Securities. A ello sumarán un incentivo para la repatriación de beneficios pero, al contrario de lo rumoreado hasta la fecha, éste será temporal como ocurrió en 2005. "De esta forma se ayudará a compensar la reducción del impuesto de sociedades", añadió.

Impacto fiscal

Desde Wells Fargo Securities estiman que el impacto fiscal neto de las rebajas de impuesto, tanto a las empresas como a individuos alcanzará los 1,6 billones de dólares en los próximos diez años. Los cambios que ambiciona la Administración Trump superan los alcanzados por la reforma tributaria del presidente Ronald Reagan en 1986 pero, dado el contexto económico y político, se presenta difícil que éste logre tener un efecto neutro para las arcas federales como ocurrió hace más de tres décadas. La situación actual hace pensar que es más probable que el resultado final de las negociaciones culmine en una rebaja de impuestos temporal, como la instaurada por Bush, en lugar de la verdadera transformación del enrevesado código fiscal patrio.

Pero, ¿qué tendrá que ocurrir para que cualquiera de ambas posibilidades se haga realidad?. El primer paso requiere que tanto la Cámara de Representantes como el Senado aprueben una resolución presupuestaria que establezca los niveles de financiación para el año fiscal 2018, que probablemente se usará en el proyecto de ley presupuestario de diciembre, además de establecer instrucciones de conciliación para implementar rebajas fiscales. La aprobación de esta resolución, que básicamente es un acuerdo entre ambas Cámaras y requiere la rubrica del presidente, se promete complicada, pese a que los republicanos controlan el Congreso y el Senado.

Resolución presupuestaria

Actualmente, el Caucus de la Libertad de la Cámara de Representantes, un importante grupo de legisladores republicanos fiscalmente conservadores, e incluso algunos miembros más moderados, buscan influenciar la propuesta de rebaja o reforma tributaria antes de aceptar una resolución presupuestaria. "El catalizador más importante será la propuesta de resolución del presupuesto, que se espera esté disponible a mediados de octubre", sentencia Dubravko Lakos-Bujas, estratega jefe de J.P. Morgan. "En última instancia indicará la probabilidad de que ocurra una reforma, la agresividad de la propuesta tributaria y cómo se puede financiar". Desde su punto de vista, los puntos clave en consideración siguen siendo la reducción de la tasa del impuesto de sociedades, las deducciones de las inversiones de capital o la extensión de las bonificaciones por depreciación, la deducibilidad de gastos por intereses, la repatriación de efectivo y la adopción de un sistema fiscal territorial.

En estos momentos, la polémica vira alrededor de si estas rebajas fiscales deben ser neutrales para el déficit y, por lo tanto, permanentes, o aumentar el déficit y, por lo tanto, expirar en la próxima década. Una vez se logre dar el visto bueno a la resolución presupuestaria, la aprobación del proyecto tributario se materializará a través de un proceso conocido como reconciliación, que permite su aprobación con solo 51 votos en el Senado en lugar de los habituales 60. "Teniendo en cuenta la dura batalla de aprobar una resolución presupuestaria en ambas Cámaras y tener que pasar el proyecto de ley de recorte de impuestos, estimamos que estos cambios fiscales no se aprobarán hasta al primer trimestre de 2018, con todos los cambios teniendo un retroactivo desde enero", avanzó Pugliese. Este experto avisa que en lo referido a los impuestos sobre la renta habría más de una decepción. "No esperamos que haya ninguna modificación en los gravámenes individuales, más bien creemos que el Congreso duplicará la deducción estándar y créditos fiscales para las familias con hijos, y deje todas los demás niveles intactos".

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