El gobierno de Dinamarca ha propuesto hace escasos días una amplia reforma fiscal que pretende reducir la dependencia de los daneses a los beneficios sociales y hacer más atractivo el trabajo, con el objetivo de acabar con la escasez de mano de obra y afrontar los retos demográficos del futuro.
Según han destacado fuentes del gobierno a la agencia Bloomberg, la reforma afectará a todos los grupos de ingresos con una reducción de impuestos generalizada, a la par que se incorporan exenciones fiscales sobre el ahorro para la jubilación y se reducen los impuestos sobre los automóviles. Dinamarca ya había estudiado este tipo de medidas, pero las descartó por el presumible rechazo de la población a una reducción del Estado de Bienestar.
En la actualidad, el tipo marginal del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en Dinamarca es del 55,8%, uno de los más elevados del mundo. Por otro lado, el tipo general del IVA alcanza el 25%, mientras que el Impuesto de Sociedades es del 22%. Además, cuenta con unos impuestos de matriculación más elevados del mundo, algo que podría cambiar pronto.
Brian Mikkelsen, ministro de Economía, Industria y Comercio de Dinamarca, presentó la semana pasada una batería de medidas destinadas a estimular a las familias para que diversifiquen sus ahorros en el mercado bursátil y para aumentar la tasa de participación en el mercado laboral. Las propuestas impulsadas por el gobierno de centroderecha representan unos de los mayores recortes fiscales en décadas y pretender reducir la 'adicción' de un país a su Estado de Bienestar.
Menor presión fiscal y más 'libertad'
Las iniciativas reducirán una de las presiones fiscales más elevadas dentro de los países desarrollados (las cifras más recientes Eurostat muestran que los impuestos que pagan los daneses representaron alrededor de un 53% del PIB en 2016) y estimularán el espíritu de riesgo y la libertad de decisión de los individuos.
"Queremos avanzar hacia una cultura donde la gente sea más independiente", explica Mikkelsen en una entrevista en Copenhague concedida a Bloomberg el pasado miércoles. "Queremos recompensar a quienes crean su propia empresa y brindarles mejores condiciones".
La coalición de centroderecha del primer ministro Lars Lokke Rasmussen quieren reducir la carga fiscal en unos 3.500 millones de euros con una batería de propuestas que se irán introduciendo de forma gradual hasta el año 2015.
"Con esta propuesta, estamos abordando una serie de desafíos concretos", sentencia el ministro de Hacienda Kristian Jensen. "Estamos aumentando los beneficios asociadas con el trabajo, estamos haciendo que sea más atractivo trabajar más horas y estamos asegurando que vale más la pena ahorrar para la jubilación".
Dinamarca es una economía que crece con fuerza, mientras que la tasa de paro se encuentra en el 5,7%, lo que provoca preocupación por la posible escasez de mano de obra a corto plazo. Una población cada vez más envejecida también está pesando sobre las arcas del estado.
Más trabajadores y más horas trabajadas
Jensen ya dejó claro en una entrevista con Bloomberg hace unos dos meses que la percepción que tienen los extranjeros sobre Dinamarca es de un país muy estricto con la inmigración y esto es algo que debe cambiar. "Está claro que el objetivo del gobierno ahora mismo es atraer mano de obra cualificada a Dinamarca".
"Estamos intentando dar una percepción diferente de Dinamarca en el extranjero, estamos intentando arreglar muchos de los malentendidos que se han creado últimamente", destaca el ministro.
Bajar impuestos para incentivar el trabajo
Según la teoría clásica, una forma de incrementar la tasa de participación laboral (población activa entre población en edad de trabajar) es reduciendo los impuestos al trabajo, lo que supone un estímulo para aquellas personas que no están buscando de forma activa empleo porque no les compensa dejar de lado sus quehaceres a cambio del salario que ofrece el mercado.
En jerga económica, esta medida se denominaría incrementar el 'salario de reserva', que es aquella remuneración por encima de la cual al individuo le compensa trabajar y por debajo de la cual dicha persona no está dispuesta a participar en el mercado de trabajo.
Jensen aseguró que "podríamos aumentar fácilmente la mano de obra en Dinamarca reduciendo los impuestos, pero a los votantes no les entusiasma esa política. Dinamarca es peculiar en el sentido de que los recortes de impuestos no son necesariamente populares", sostenía el ministro de Finanzas.
Sin embargo, finalmente el gobierno del país nórdico se ha decantado por esta receta 'liberal' para incrementar la participación y la actividad en el mercado laboral. Sin duda, estos cambios deberán ir acompañados de reducción del gasto público y de los beneficios sociales para evitar que el déficit público se desboque. Los daneses tendrán más dinero en el bolsillo y decidirán de forma autónoma a qué lo destinan.