Economía

Dinamarca puede solucionar sus problemas de mano de obra bajando impuestos, pero no lo hará

  • Bajando los impuestos al trabajo se podría incrementar la fuerza laboral
  • En Dinamarca bajar impuestos no es necesariamente algo popular
Puerto de Copenhague. Foto: Reuters.

Dinamarca, uno de los países más ricos del mundo y más igualitarios, se enfrenta a un reto importante: la escasez de trabajadores cualificados. Así lo asegura Kristian Jensen, ministro de Finanzas del país nórdico, que en una entrevista con Bloomberg ha explicado que su país necesita de forma urgente nuevos trabajadores que permitan al país seguir registrando tasas de crecimiento superiores al 2%. El ministro cree que bajando los impuestos al trabajo se solucionaría el problema de la escasez de mano de obra, pero al contrario que en el resto del mundo, una reducción de impuestos es algo impopular entre los daneses. Dinamarca debate abrir oficinas de empleo en España

Jensen reconoce en una entrevista a Bloomberg que la percepción que tienen los extranjeros sobre Dinamarca es de un país muy estricto con la inmigración y esto es algo que debe cambiar. "Está claro que el objetivo del gobierno ahora mismo es atraer mano de obra cualificada a Dinamarca". 

"Estamos intentando dar una percepción diferente de Dinamarca en el extranjero, estamos intentando arreglar muchos de los malentendidos que se han creado últimamente", destaca el ministro.

Bajar impuestos para incentivar el trabajo

Según la teoría clásica, una forma de incrementar la tasa de participación laboral (población activa entre población en edad de trabajar) es reduciendo los impuestos al trabajo, lo que supone un estímulo para aquellas personas que no están buscando de forma activa empleo porque no les compensa dejar de lado sus quehaceres a cambio del salario que ofrece el mercado.

En jerga económica, esta medida se denominaría incrementar el 'salario de reserva', que es aquella remuneración por encima de la cual al individuo le compensa trabajar y por debajo del cual dicha persona no está dispuesta a participar en el mercado de trabajo.

"Podríamos aumentar fácilmente la mano de obra en Dinamarca reduciendo los impuestos, pero a los votantes no les entusiasma esa política. Dinamarca es peculiar en el sentido de que los recortes de impuestos no son necesariamente populares", sostiene el ministro de Finanzas.

Dinamarca cuenta con gran margen en esta materia para realizar cambios. El tipo marginal del Impuesto sobre las Personas Físicas (IRPF) es del 55,8% uno de los más elevados del mundo. Los trabajadores que pagan este tipo de impuestos suelen pertenecer a un perfil concreto en el que destaca la elevada cualificación, que es precisamente el tipo de capital humano que Dinamarca busca atraer.

Algunos países de alrededor han logrado unas tasas de empleo y de actividad superiores a las de Dinamarca. Suecia, Islandia y Suiza cuentan con una tasa de actividad que supera con creces el 80%, mientras que la de Dinamarca se queda en el 79,5%. En el caso de Suiza, el tipo marginal del IRPF es del 40%, mientras que en Islandia es del 46%. Sin embargo, en Suecia este tipo es del 61%, a pesar de lo cual la tasa de actividad es del 81,7%.

Problemas para las empresas

Según las últimas encuestas realizadas, más de un tercio de las empresas danesas no encuentran en el mercado local los trabajadores que necesitan. Las vacantes abundan sobre todo en puestos como electricistas, ingenieros, carpinteros o informáticos. En estos sectores los salarios están subiendo con fuerza ante la escasa oferta de factor trabajo con esas habilidades concretas.

Algunas de las empresas afectadas se están viendo obligadas a incumplir con sus clientes porque no pueden producir todo lo que demandan. Un número importante de firmas, sobre todo industriales, están posponiendo sus planes de expansión porque no encuentran la mano de obra que necesitan.

Dinamarca, un país de 5,7 millones de habitantes, ha creado más de 100.000 empleos en los últimos tres años y ha reducido en casi dos puntos el paro estructural, hasta algo más del 4%, unos números que, aunque aún son peores a los previos a la crisis, sitúan al país en un contexto de casi pleno empleo.

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