
La Cataluña solvente, que cumple sus pagos y con una calificación crediticia ejemplar que defienden los políticos independentistas parece que choca de lleno con los escenarios que manejan analistas, como los de ING. El banco asegurador publicó un informe esta semana en el que señalaba que el coste económico de la independencia sería elevado para Cataluña; en muchos campos, como la deuda.
"Teniendo en cuenta la deuda local, regional, del gobierno central y de la seguridad social el ratio de deuda respecto al PIB de una hipotética Cataluña independiente se colocaría en la horquilla comprendida entre el 105-120 por ciento de la economía", señala ING.
De acuerdo con datos de la Generalitat, a cierre del 31 de diciembre de 2016 el Gobierno catalán soportaba 75.000 millones en deuda; que equivalían a un 33 por ciento del PIB del año pasado. Así, de acuerdo con ING, la independencia impulsaría que Cataluña soportara un endeudamiento que multiplicaría por más de tres veces el actual; una proporción que se acerca a la realizada hace ya algunos años por la sociedad civil. En 2014, Sociedad Civil Catalana adelantaba que, en caso de independencia, el endeudamiento de Cataluña aumentaría hasta el 118 por ciento del PIB y calculaba que la economía podría contraerse entre un 7,4 y 23,5 por ciento.
Un coste más elevado
La independencia también incrementaría de forma muy importante los intereses que paga Cataluña. Según datos de la Generalitat, de los 75.000 millones de euros que soporta, aproximadamente unos 50.000 millones provienen de las fuentes de liquidez del gobierno español. Esta parte de la deuda, por tanto, estaría "subvencionada" en lo que a intereses se refiere, si se compara con los tipos que le exigen a la deuda catalana en el mercado.
De acuerdo con ING, hoy los inversores exigen al bono catalán 260 puntos básicos más de lo que piden a la deuda española. Traduciéndolo a intereses, si la Generalitat colocara bonos a 10 de años en mercado, tendría que ofrecer un cupón anual del 4,19 por ciento para encontrar compradores, frente al 1,59 por ciento que exige al estado español. Eso quiere decir que por cada 1.000 millones de euros de deuda, Cataluña paga 26 millones en intereses más que España. En diez años la diferencia es de 260 millones.
Según Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, a lo largo de los años el apoyo financiero del Estado ha permitido a la Generalitat de Cataluña ahorrarse aproximadamente unos 19.000 millones de euros en deuda.
Este mayor precio, además, va en aumento desde que en julio se reactivan los planes independentistas, ya que, de acuerdo con ING, la prima de riesgo que exigen los inversores se ha ampliado en cerca de 60 puntos básicos.
Con dicha prima de riesgo, una mayor deuda en caso de independencia, y un rating que otorga un grado de basura a la deuda catalana por parte de las tres agencias de calificación crediticia, el handicap de Cataluña puede ser encontrar inversores que le financien. Aunque Oriol Junqueras, vicepresidente y conseller de Economía, impulsó un road show por EEUU no ha trascendido con qué inversores se reunió ni tampoco el feedback que le dieron.
A corto plazo, Cataluña afronta importantes vencimientos de deuda. Solo el mes de octubre tiene que devolver 1.000 millones, 833 millones por el FLA. En noviembre le vencen 94 millones y en diciembre 419 millones.