
El primer ministro francés, Édouard Philippe, desgrana en una entrevista con el diario económico francés, Les échos, algunas de sus próximas acciones económicas en el Gobierno. Entre las más relevantes, el descenso en las retenciones obligatorias, que bajarán en casi 11.000 millones en 2018, la aplicación de la fiscalidad fija de ingresos del capital a partir del próximo ejercicio, y la reforma del impuesto de Patrimonio.
Pregunta: Desde su discurso de política general, el ritmo de las bajadas fiscales ha suscitado muchos debates e incluso la incomprensión. ¿Cuál será el alcance de la disminución de las retenciones obligatorias en 2018 para los hogares y las empresas?
Respuesta: Desde aquel discurso indiqué que la bajada de las retenciones representaría un punto del PIB, es decir, unos 20.000 millones de euros sobre el conjunto del quinquenio. Hemos decidido llevar a cabo más de la mitad de la bajada a partir del año que viene. La presión fiscal se reducirá en casi 0,6 puntos del PIB, con un importe próximo a 11.000 millones. Es un esfuerzo considerable.
P: El sábado pasado mencionó una reducción de 7.000 millones de euros. ¿Por qué el cambio de franja? ¿Ha escuchado las críticas de algunos economistas?
R: Habitualmente, los arbitrajes fiscales se realizan en agosto y durante el discurso de política general, que trata de la política de los próximos años, dejé abiertas voluntariamente algunas cuestiones sobre el ritmo de las bajadas fiscales, como por ejemplo el impuesto de bienes inmuebles. Sin embargo, en el transcurso de la semana pasada, junto con el presidente de la República, decidimos acelerar el ritmo para maximizar los efectos económicos de esta estrategia.
P: ¿Qué espera de estas medidas?
R: Queremos provocar una onda de choque fiscal a favor de la inversión, el empleo y el crecimiento. Entiéndame: yo no creo que el instrumento fiscal por sí solo baste para resolver todos los problemas económicos de Francia. Se trata de un elemento de una política global, coherente, con un plan de inversiones de 50.000 millones, la reforma de la ley del empleo y todas las reformas sociales (formación, prácticas, jubilación, subsidio del paro, etc.) previstas en el corto plazo. Nosotros queremos tranquilizar a los actores económicos con visibilidad y compromisos concretos.
P: ¿Prevé un golpe de confianza?
R: La confianza no se decreta; se crea y se comprueba.
P: ¿Qué impuestos bajarán concretamente en 2018?
R: Para empezar, se ejecutará una primera fase de la reforma del impuesto sobre bienes inmuebles, que representa unos 3.000 millones en bajadas fiscales en 2018. Tengo previsto debatir las modalidades precisas y compensaciones necesarias con los colectivos locales durante la conferencia de territorios que se celebrará el lunes que viene. Recuerdo que las cotizaciones sociales de los trabajadores por cuenta ajena disminuirán en términos netos el 1 de enero de 2018, lo que aumentará el poder adquisitivo de los activos. El mensaje es claro: ¡el trabajo debe ser rentable!
P: La CSG (contribución social generalizada) aumentará para financiar estas bajadas de cotizaciones. ¿Por qué no concreta las compensaciones para los funcionarios y trabajadores autónomos, que temen que se reduzca su poder adquisitivo?
R: Hemos afirmado claramente que deseamos debatir las modalidades con los interesados, pero insisto en que no habrá pérdida de poder adquisitivo para los autónomos y los funcionarios. Se implantarán medidas de compensación para estas dos categorías.
P: ¿Qué hay de la fiscalidad del capital?
R: La reforma del Impuesto sobre la fiscalidad (ISF) se aplicará de manera integral en 2018. En su lugar, crearemos un impuesto sobre la fortuna inmobiliaria (IFI), de modo que el patrimonio que no sea inmobiliario no sea gravado. Los umbrales y los tipos no se cambiarán y la reducción del 30% a la residencia principal se mantendrá. Son 3.000 millones de euros para los franceses. Se añadirá la puesta en práctica, también a partir del año que viene, de la retención única sobre los ingresos del ahorro de alrededor del 30%, que supondrá una bajada fiscal de cerca de 1.500 millones de euros. Los productos exentos, como la cartilla A, conservarán su exención. Los seguros de vida mantendrán su régimen fiscal actual y sólo los nuevos flujos de inversión por encima de 150.000 se verán afectados por la retención fija.
P: ¿Cuestionará las medidas fiscales tomadas al final del quinquenio Hollande?
R: No. No estaban financiadas pero las aplicaremos y encontraremos financiación. Sobre todo, habrá una nueva etapa de bajada fiscal para las empresas. El tipo del impuesto de Sociedades se situará en el 25% de aquí a 2022.
P: Finalmente, ¿qué nivel de crecimiento espera el año que viene con estas bajadas de impuestos?
R: La prioridad puesta en la inversión y la previsibilidad que ofreceremos a todos los actores económicos surtirán efecto sobre el crecimiento. Aun así, somos prudentes. Nos hemos propuesto un crecimiento del 1,7% el año próximo, tras el 1,6% que se espera para este año.
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