
El arranque de la primera ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés) llega marcado por la celeridad que buscan los tres países para revisar y actualizar un acuerdo rubricado hace 23 años. elEconomista habló con Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), al comienzo de estas reuniones en el Hotel Marriott de Wardman Park, en Washington, para tomar el pulso a los objetivos que el sector privado mexicano busca en esta primera toma de contacto que finalizará el domingo.
Pregunta: Tras 23 años de Tratado de Libre Comercio, ¿cómo llega el equipo mexicano a estas importantes negociaciones?
Respuesta: Con organización y con seguridad. Hemos conformado un grupo de 150 personas que están aquí. Son empresarios, líderes empresariales, expertos y staff que estamos organizados para atender los temas que en las conversaciones se darán. Desde cuestiones ambientales, laborales, como los temas de propiedad intelectual o energía son necesarios para modernizar el libre comercio. Sabemos que no será miel sobre hojuelas, que habrá obstáculos, pero estamos organizados con una comitiva que incluye la experiencia de hace 25 años con los nuevos cuadros que México tiene.
P: ¿Qué prioridades cree usted que serán esenciales para que la revisión tenga éxito?
R: Nuestro interés es permanecer en el libre comercio, en el tratado comercial, sin ningún costo o el mínimo posible. Para nosotros es importante que tratemos los temas laborales, viendo las realidades de cada una de las economías y la evolución que pueden tener para ir equiparándolas entre sí. Es importante continuar en nuestro acceso a los mercados donde, en México, hemos ido evolucionando hacia la manufactura. Es importante incluir a las pequeñas y medianas empresas en las cadenas de valor. Esto es trascendente. Lo que queda claro es que cada uno de los países lo que está buscando es inversión y empleo. Si encontramos fórmulas inclusivas de inversión y empleo, para nosotros será muy importante. En México, lo que ha ocurrido en el centro y norte del país en inversión y empleo lo tenemos que llevar hacia el sur y sureste para batir la pobreza y la inequidad. Esto tiene que ser complementado con política pública en cada uno de los gobiernos. Desde la homologación de las políticas públicas para ayudar al libre comercio, como el fortalecimiento del Estado de derecho, el combate de la corrupción en México y políticas de regulación para pequeñas y medianas empresas.
P: El embajador estadounidense, Robert E. Lighthizer, volvió a enfatizar durante el comienzo de la primera ronda que Estados Unidos tiene como prioridades el déficit comercial, la manipulación de la divisa y la resolución de las disputas, entre otros. ¿Dificulta esta fricción el avance de esta revisión?
R: El secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo Villarreal, lo dejó claro. Evidentemente, con compromisos, pero al mismo tiempo con más comercio. Si logramos tener acuerdos sobre transferencia tecnológica e integración de las cadenas de valor con los compromisos que hablemos de corrupción, de piso parejo para las empresas, propiedad intelectual y comercio electrónico, esto nos llevará a vertebrar mejor la economía mexicana, incluyendo a pequeñas y medianas empresas, accesos a tecnologías y financiamiento, que nos permitan tener más comercio y con esto disminuir el déficit. El déficit es una expresión de las diferencias de ambas economías. Si elevamos el acceso a la tecnología y las cadenas de valor podremos entonces con comercio disminuir el déficit y cumplir con los objetivos de los tres países.
P: Otro de los temas que destacó Lighthizer es la pérdida de 700.00 empleos como consecuencia del TLCAN, muchos de ellos en la industria automotriz. ¿Qué soluciones se pueden dar a este tipo de problemas?
R: También Estados Unidos dijo que el acuerdo ha sido muy benéfico para una buena parte de los estadounidenses y sobre eso hay que construir. Tenemos que generar condiciones de inversión en los tres países para tener mayor integración de los productos que hacemos entre nosotros. Eso nos ofrecerá condiciones de inversión propicias y empleo. Si sabemos cómo complementarnos y obtener sinergia, a lo mejor más en energía, más en tecnología y penetrar más con inversión en el área automotriz, generaremos los empleos que se requieren. Pero esto tiene que ser acompañado en los tres países de capacitación para los trabajadores, de acceso a conocimiento para ir transformando las habilidades laborales a las nuevas realidades del mundo. EEUU ha generado conocimiento importante en California, en el Noreste, aquí donde estamos hoy, que puede ser compartido. Si generamos sinergias entre las políticas públicas de los tres países generaremos condiciones de inversión, pero tiene que ser complementado con capacitación a los trabajadores.
P: ¿Están siendo demasiado ambiciosos los tres países con el plazo estimado para las negociaciones?
R: Evidentemente, el ritmo nos lo dará el transcurso de las mismas negociaciones. En la primera ronda veremos los obstáculos y el panorama que tendremos hacia el futuro y encontraremos prioridades que se puedan resolver rápidamente y otras en las que se tenga que profundizar más. Sin prisa, pero sin pausa.