
El elevado incremento del gasto en bienes y servicios de los turistas chinos esconde una salida de capitales más elevada de lo que se piensa. Una parte importante de ese supuesto gasto podría estar derivándose hacia activos financieros y reales extranjeros (inversión), lo que debería ser computado como un saldo negativo en la cuenta financiera de la balanza pagos (salida de capital). Sin embargo, al computarse como un gasto en bienes y servicios de turistas chinos en el exterior aparece como un flujo negativo en la cuenta corriente (importación), lo que reduce el superávit chino en este apartado, algo que no refleja la situación real.
Anna Wong, economista e investigadora de la Reserva Federal de EEUU, muestra en su trabajo China's Cuerrent Account: External Rebalancing or Capital Flight?, que la balanza por cuenta corriente (exportaciones menos importaciones, a grandes rasgos) de China "ha estado distorsionada en los últimos años por la salida de flujos de capital camuflados como transacciones de servicios, lo que ha inflado el déficit chino en el apartado de servicios".
"Los hogares chinos están adquiriendo activos financieros y reales en el exterior que tienden a quedar registrados como movimientos en la cuenta corriente en lugar de transacciones en la cuenta financiera", explica la investigadora de la Fed.
Balanza financiera
En la balanza por cuenta financiera se recoge la diferencia entre las entradas de capital procedentes del resto del mundo y las salidas de capital hacía el resto del mundo. Una entrada de capital se contabiliza con signo positivo, aunque en realidad es una forma de endeudamiento, mientras que las salidas de capital se contabilizan con signo negativo, aunque supongan una posición acreedora de un agente nacional ante otro en el extranjero.
"El resultado de la investigación muestra que las salidas de flujos financieros ocultadas como importaciones de viajes son grandes y significativas. Estos movimientos han crecido alrededor de un 1% del PIB chino entre 2015 y 2016, y ya representan una cuarta parte de las salidas de capital netas", según señala este documento.
Teniendo en cuenta estos movimientos, la evolución de la balanza por cuenta corriente de China ha sido probablemente menos pronunciada de lo que indican las cifras oficiales. Entre 2008 y 2016, el superávit por cuenta corriente del país ha pasado de representar el 9,3% del PIB hasta el 1,8%, una cifra que probablemente se encuentra por debajo de la realidad. En 2016, el superávit por cuenta corriente de China podría haber sido de hasta el 3,2% del PIB, según los cálculos de Wong.
Los residentes chino llevan desde 2014 poniendo mayor interés en la diversificación geográfica de su cartera ante las mayores expectativas de una deprecación del yuan y de una ralentización de la economía china. Los inversores del gigante asiático intentan esquivar los controles de capital a través de viajes turísticos que usan para comprar activos inmobiliarios, sobre todo en EEUU, Canadá y Australia, según relata el trabajo de Wong.
Por otro lado, este tipo de operaciones opacas y 'secretas' podría explicar el crecimiento desmesurado de la partida de 'errores y omisiones' en la balanza de pagos de EEUU en los últimos años. Este movimiento ha coincidido con un fuerte incremento en los influjos de capital (alrededor de un 1,5% del PIB) en EEUU, lo que dejaría entrever que los inversores chinos están adquiriendo todo tipo de activos en la mayor economía del mundo.