
Los sabios que elaboran una propuesta de reforma del actual modelo de financiación autonómico pedirán al Gobierno que fije un límite de déficit diferente para cada comunidad y que elimine los mecanismos extraordinarios de liquidez para que las autonomías empiecen a financiarse por sus propios medios en los mercados. l Hacienda mantiene el objetivo de déficit de las CCAA en el 0,3% en 2018 y estabilidad presupuestaria en 2019
Éstas son las dos propuestas que los expertos llevarán al debate de la próxima semana, el último antes de cerrar el texto que estarán en disposición de remitir al Ministerio de Hacienda a finales de este mismo mes.
Fuentes conocedoras de la marcha de estos trabajos confirmaron a elEconomista que una mayoría de los sabios está de acuerdo en recuperar los límites de déficit "asimétricos". Una fórmula que el Ejecutivo ya aplicó para los territorios en el año 2013, cuando en conjunto debían cerrar con un desvío máximo del 1,3%.
Los expertos recogerán además en su documento la reivindicación que hacen Comunidad Valenciana, Aragón, Andalucía o Cataluña, entre otras autonomías, que reclaman un reparto más equitativo del esfuerzo de ajuste entre las distintas Administraciones -sobre todo entre el Estado y el sector regional-.
Retirar el FLA
Otro punto que abarcará el último debate entre los expertos y en el que existe consenso será en recomendar al Gobierno que elimine los mecanismos de liquidez extraordinarios puestos en marcha desde 2012 como el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).
Actualmente, permanecen en vigor el Fondo de Liquidez Autonómico, destinado a las autonomías que incumplen los objetivos de déficit, deuda y el pago a proveedores, así como la Facilidad Financiera, pensada para las regiones que se ciñen a esos objetivos pero que con ella obtienen liquidez a unas condiciones mejores que en los mercados financieros.
Los sabios designados por las autonomías son partidarios de la retirada de dichos programas para volver a una cierta situación de normalidad en términos financieros.
En lo que no va a haber un consenso, según las mismas fuentes, es en las irreconciliables posturas ante la posibilidad de que el Estado apruebe una quita de parte de esa deuda a los Ejecutivos regionales.
Quita parcial
Un sector de los representantes de las autonomías defiende la quita parcial, al entender que se trata de un endeudamiento justificado por la crisis y por la situación de infrafinanciación que aqueja a una parte importante de los territorios a causa de un sistema de reparto que genera importantes desigualdades entre regiones.
En el lado opuesto quienes defienden que una medida de este tipo sentaría un mal precedente y conllevaría "un riesgo moral", al premiar a quienes no han venido haciendo sus deberes.
En la reunión mantenida esta semana por el grupo que discute el modelo de reparto territorial se vivió un momento de tensión cuando uno de los tres representantes del Estado propuso solicitar a Hacienda ampliar a septiembre el plazo para terminar su informe.
Sin embargo, los sabios de las autonomías se negaron a pedir tal prórroga y defendieron que serán capaces de terminar su dictamen y de entregárselo al Departamento de Cristóbal Montoro a finales de este mes -unos días antes de que el próximo 10 de agosto concluya el plazo que les dio Hacienda-. Después, el Gobierno debería trabajar en su propio proyecto de reforma para que pueda entrar en vigor en 2018.
Castilla y León no quiere "migajas"
Castilla y León caldea el ambiente ante la reunión de hoy del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Su consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, reclamó ayer a Montoro que aclare las entregas a cuenta para 2018, ponga en marcha un modelo consensuado con las Comunidades y se deje de "migajas".
Del Olmo se refería a la relajación de una décima en el déficit de las autonomías, que fue comunicada un día después de que el ministro se reuniese con los consejeros regionales. Para Del Olmo, el cambio de postura de Montoro, después de recibir el apoyo de Castilla y León al objetivo inicial, es un "desprecio para esta Comunidad", aunque la consejera reconoció estar acostumbrada a los vaivenes del ministro.