Economía

Montoro cerrará una bajada del IRPF con C's a cambio del techo de gasto

  • Revela que ha llamado al PSOE varias veces y éste no le ha contestado
Cristóbal Montoro y Albert Rivera. Foto: Archivo.

El Gobierno aprobó este martes el techo de gasto para 2018, que crece un 1,3% y alcanza la cifra de 119.834 millones de euros. A falta del aval a los objetivos de estabilidad y deuda pública de dicho ejercicio presupuestario, que se someterán a votación en la sesión plenaria del próximo 11 de julio, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mostró el martes su disposición a buscar el mayor número de apoyos parlamentarios como obliga la UE. Editorial | C's, de nuevo la 'llave' de los Presupuestos

En primer lugar, el titular de Hacienda quiere entenderse con Ciudadanos. Montoro está abierto a negociar una bajada del IRPF, tal y como demanda la formación naranja, razón por la que su Ministerio se encuentra estos días identificando las condiciones para coronar ese acuerdo, siempre y cuando no afecte al objetivo del déficit, ni tampoco merme las políticas sociales.

El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, fue muy claro. La bajada de este impuesto en las rentas más bajas para 2018 es innegociable. Palabras para las que Montoro tiene respuesta, convencido de que las dos fuerzas políticas van a sellar un pacto, primero, facilitando el camino de los Presupuestos de 2018, y luego consolidando un año más de legislatura para el Gobierno popular. Sin llegar a los 2.000 millones que solicita C's, el Gobierno deja caer alrededor de 1.500 millones, justo el alza del techo de gasto para 2018. Como adelantó elEconomista, cada punto de bajada de IRPF a rentas bajas cuesta 1.000 millones al año.

Las llamadas del ministro

Abierto a conversar con los sindicatos y también con otras formaciones políticas, a quienes el martes dio cierto margen económico para atraer su voto en positivo, Montoro fue crítico con el Partido Socialista. Tras el Consejo de Ministros extraordinario de este lunes, el ministro de Hacienda y Función Público reseñó las veces que personalmente se ha puesto en contacto con el PSOE, y las veces que ha obtenido la callada por respuesta. Montoro no entiende el argumento de Ferraz. La "feúra", señala el ministro, sobre todo cuando "aumentan las partidas sociales con respecto al techo de gasto que apoyaron el año pasado, y ahora se niegan a aprobar".

Ante la negativa del PSOE de aceptarle como interlocutor tras su reprobación, Montoro niega veto a los socialistas. Afirma que la posición del PSOE estaba cantada y sostiene que ha sido el Gobierno quien ha tratado de dialogar con el principal partido de la oposición. "Pero no han querido reunirse con nosotros antes del Consejo de Política Fiscal y Financiera". Y aunque nosotros vamos a llamar y llamar hasta que nos atiendan, apunta el ministro, "es incompresible el veto de Pedro Sánchez, que tiene que hablar con el Gobierno al menos como institución". De manera que, si las relaciones siguen así, el Gobierno teme que en cuestiones presupuestarias hablarán lo justo con el nuevo secretario general. No obstante, el titular de la cartera de Hacienda se niega a tirar la toalla. A propósito de la financiación autonómica espera que concluya el trabajo de los expertos en agosto, y a partir de ahí confía en poder departir, porque de otro modo, el Ejecutivo tampoco está dispuesto a cerrar una financiación sin el Partido Socialista.

Descartando al PSOE en materia económica, el Gobierno quiere reeditar la ecuación de los PGE de 2017 con el apoyo de siete partidos, si bien, trasladan fuentes peneuvistas, "aun no hay nada cerrado". Montoro no solo tuvo que atender este lunes a asuntos relativos al techo de gasto o a los objetivos de estabilidad o la deuda. El protagonista de la jornada política del martes despachó, una vez más, su reprobación.

Para el ministro de Hacienda, la reprobación a cuenta del auto del Tribunal Constitucional por la llamada amnistía fiscal no es más que "un acto del pasado que nada tiene que ver con los Presupuestos".

Montoro no desecha acudir a donde haga falta para restituir su honor. Así se expresa, para luego pasar de largo de antes quienes le señalan por las actuaciones de Equipo Económico. En este caso, el ministro se defiende con pragmatismo y con fechas, 2008. Aleja sentimentalismos, y pondera el cumplimiento de sus responsabilidades políticas, que pasan por la creación de empleo. De las acusaciones del exministro José Manuel Soria apenas habló. Reconoció que fue un buen ministro y dejó caer una posible cuestión personal, que no política. Eso sí, negó haber filtrado datos de Soria a Mariano Rajoy.

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