Economía

Siete consejos para ahorrar a largo plazo y poder vivir una jubilación de oro

Imagen de Getty

La preocupación por las pensiones ha crecido entre los españoles en los últimos meses, según indican las encuestas del CIS. Tanto, que muchos integrantes de las generaciones más jóvenes creen que no llegará a cobrar una pensión cuando se jubile, o que no será suficiente para afrontar los gastos a los que se enfrentará.

En esa situación, el ahorro se convierte en un aspecto clave. "Ser un jubilado de oro ya no es patrimonio exclusivo de futbolistas y grandes fortunas", aseguran en este sentido desde la agencia de valores Finanbest. Pero advierten que, para lograrlo, es necesario aprender a invertir a largo plazo.

Para conseguirlo, la agencia ofrece una serie de consejos prácticos, "válidos para todos los bolsillos y circunstancias", aseguran.

1. Tener una red de seguridad

Hay que determinar rigurosamente cuál es la situación patrimonial actual, para saber qué parte de los ingresos se dedican a cubrir las necesidades básicas y cuál es el excedente que se puede destinar al ahorro. Además, conviene mantener una liquidez de emergencia por si surgen gastos imprevistos.

2. Marcar objetivos

¿Para qué se ahorra? ¿Para comprar una vivienda? ¿Para financiar los gastos corrientes en la jubilación? Una vez se han establecido las necesidades y objetivos financieros que queremos conseguir, hay que considerar los horizontes temporales asociados a cada inversión. Éstos pueden ser distintos para cada persona aunque su objetivo sea el mismo, puesto que intervienen aspectos como la edad, ingresos o gastos de cada uno.

3. Invertir a largo plazo

Partiendo de la base de que no todos los inversores tienen la paciencia ni la posibilidad de tener el dinero depositado a un plazo muy largo, entrar y salir del mercado continuamente lleva aparejada una gran cantidad de toma de decisiones, casi siempre tomadas en el peor momento. Por el contrario, las decisiones en la inversión a largo plazo son escasas y, por consecuencia, más reflexivas y el riesgo se reduce. Los fondos de inversión exigen capitales mínimos cada vez más asequibles para todos los bolsillos.

4. Diversificar

La diversificación reduce el riesgo que asume el ahorrador, siendo conveniente optar por distintos activos, mercados o zonas geográficas. La elección de unos u otros activos que compondrán la cartera, así como el porcentaje de capital que tendrá cada uno de ellos, dependerá de la situación y personalidad del inversor.

5. Asesoramiento profesional

Aunque la responsabilidad final es del ahorrador, es necesario contar con un experto que aconseje cuál es la mejor opción de inversión. El contacto continuo con el intermediario determinará el alcance de sus responsabilidades y su libertad de actuación, por lo que es conveniente estar en contacto con el asesor durante todo el proceso inversor. Se trata de un modo de exigir transparencia y la máxima información.

6. Revisión periódica

La distribución de los activos en la cartera es uno de los elementos más relevantes para saber si está bien configurada y posicionada para alcanzar las metas financieras planteadas, por lo que conviene revisarla cada cierto tiempo. Puede que una compañía que en el pasado aportase crecimiento, hoy no lo haga o que su rol en la cartera haya cambiado. Razón por la cual es bueno actualizar y reajustar la cartera, adaptándola a las nuevas condiciones del mercado.

7. Valorar los resultados correctamente

A la hora de hacer una inversión hay que tener en cuenta el impacto fiscal para que la rentabilidad adquirida no acabe por los suelos. Los fondos de inversión, por ejemplo, ofrecen ventajas a este respecto, ya que permiten retrasar al máximo el pago de impuestos al pasar el dinero de un fondo a otro, tributando sólo cuando se liquide la inversión. Además, no hay que perder de vista la inflación, dado que en los momentos en que es elevada, puede acabar con la rentabilidad de una inversión.

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