
Kenneth Rogoff, profesor de Economía en la Universidad de Harvard y uno de los economistas más relevantes de la actualidad, cree que la eurozona tiene dos opciones: "Reformarse o morir". Este experto asegura que para los países del sur de Europa, la moneda única se ha convertido en una especie de trampa sin salida.
Este economista destaca en Project Syndicate, que el futuro de la eurozona podría ser más brillante de lo que se prevé: "Con un decidido cambio hacia la unión bancaria y fiscal, las cosas podrían lucir mucho mejor".
"Pero, en ausencia de políticas para fortalecer la estabilidad y la sostenibilidad, las posibilidades de un eventual colapso son mucho mayores", asegura Rogoff. No obstante, la victoria de Macron en Francia y la mejora sustancial de países como Portugal, España o Irlanda son una esperanza más que relevante, los primeros rayos de sol que empiezan a aparecer entre los nubarrones que ha dejado la Gran Recesión. Aún así, también hay grandes factores de riesgo que a largo plazo pueden jugar un papel desintegrador en el euro.
Los problemas del euro
"Grecia continúa creciendo muy despacio después de experimentar una de las peores recesiones de la historia... manejó mal un paquete de rescate que quizás sea el más blando y permisivo de la historia moderna", explica Rogoff.
En Italia, la renta per capital real es igual o incluso ligeramente inferior a la de hace diez años. "Para el sur de Europa en su conjunto, la moneda única ha demostrado ser una jaula de oro, ya que ella obliga a tener una estricta estabilidad fiscal y monetaria, puesto que elimina el tipo de cambio como un amortiguador contra los shocks inesperados".
Antes del nacimiento del euro, los países en problemas tenían soberanía monetaria para influir en su tipo de cambio, si las propias fuerzas de mercado no lo habían hecho ya, como contribución a la recuperación de la competitividad pérdida. Ahora, el único proceso es la lenta y dolorosa devaluación interna (reducción de salarios y beneficios distribuidos), cuyos beneficios finales podrían no superar los costes asumidos durante el proceso, al menos desde el punto de vista de la sociedad.
El euro no era necesario
"En la actualidad es bastante obvio que el euro no era necesario para el éxito de la UE, y, en cambio, ha demostrado ser un gran obstáculo, como lo habían anticipado muchos economistas estadounidenses", asegura Rogoff.
"Los eurocratas han comparado la integración europea con montar en bicicleta: uno debe seguir pedaleando hacia adelante para no caer. Si esa es una metáfora adecuada, la adopción prematura de la moneda única se puede conceptualizar mejor como un atajo que pasa por un camino con cemento húmedo y espeso", asegura este célebre economista.
Rogoff culmina señalando que llegados a este punto será "necesario que haya una integración fiscal real o una ruptura caótica. Es de ingenuos pensar que el euro no se enfrentará a mayores problemas en cinco o diez años, o incluso antes".
"Los líderes de la eurozona deben actuar ya... cuánto durará el optimismo actual respecto a Europa dependerá de las decisiones que tomen Macron y Merkel sobre el devenir de la eurozona", culmina el profesor de Harvard.