
Con una agenda todavía estancada en el Capitolio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump aprovechará la semana para promocionar una de las bases económicas de su campaña, la inversión de hasta 1 billón de dólares en infraestructuras. Detalles para modernizar la red de carreteras o el sistema eléctrico que Trump anunciará el miércoles en Ohio y el viernes desde el Departamento de Transporte.
Pero para ir abriendo boca, y tras las protestas del mandatario vía tuit sobre la última revisión edulcorada y "políticamente correcta" de su veto migratorio a individuos procedentes de ciertos países de mayoría musulmana por parte del Departamento de Justicia, Trump apuesta por privatizar el sistema de control del tráfico aéreo en EEUU.
El mandatario presentó ayer la propuesta asegurando que en la Administración de Aviación Federal (FAA, por su siglas en inglés), la agencia pública encargada de estos menesteres, "no saben lo que están haciendo", en referencia a la actualización de los equipamientos y sistemas de control aéreo. "Están tirando el dinero", incidió Trump haciéndose eco de la frustración expresada por la industria, en especial las aerolíneas comerciales.
El presidente apuesta por crear una compañía sin ánimo de lucro a la que se traspase el control del tráfico aéreo del país, donde se incluyen 15.000 controladores, miles de gestores y otros técnicos hasta alcanzar los 30.000 empleados. "Nuestro plan les llevará a donde necesiten ir mucho más rápido, más confiablemente y de forma más asequible por primera vez en mucho tiempo", dijo el presidente.
Respaldo de las aerolíneas
Por su parte, aerolíneas como American Airlines respaldaron la iniciativa de la administración Trump augurando que ayudará a hacer que el transporte aéreo estadounidense sea "más limpio, seguro y eficiente".
Esta medida, que debe contar con el visto bueno del Congreso, incluye la creación de un consejo de dirección con 13 directivos que representen a grupos de esta industria, especialmente las aerolíneas.
Además impondría una tarifa de uso que reemplazaría los gravámenes actuales tanto en los billetes de avión como en el combustible aéreo. Sin embargo, el Senado, controlado por el partido republicano, ya rechazó aprobar un plan similar presentado por el congresista republicano Bill Shuster, el año pasado.
El esfuerzo de Donald Trump por promocionar su proyecto de inversión en infraestructuras, que básicamente estará apoyado por el sector privado, se produce en un momento en que otras iniciativas, como su reforma de salud para reemplazar el actual sistema (el Obamacare) o la reforma fiscal, siguen sin experimentar avances legislativos. Los republicanos cuentan en la actualidad con una mayoría simple en la Cámara Alta por lo que es necesario contar con el apoyo demócrata para llevar algunas de estas propuestas a buen puerto.