Al Ejecutivo no le quedará más remedio que seguir tirando del Fondo de Reserva, la llamada hucha de las pensiones, en el que quedan apenas 15.000 millones, para afrontar las pagas extraordinarias de este ejercicio. La primera llega en julio y el año pasado ya se dispuso de 8.700 millones. La recuperación del empleo no es lo suficientemente fuerte como para evitar que el Estado se tenga que endeudar para pagar las pensiones.
Con julio, llegan las tensiones de liquidez para la tesorería de la Seguridad Social con la paga extra de verano de las pensiones. Desde 2012 al Gobierno no le ha quedado más remedio que tirar del Fondo de Reserva, porque es el colchón que las garantiza, para afrontar los gastos. Y este año los problemas no serán una excepción.
Sobre el papel, con los Presupuestos a punto de aprobarse, Hacienda estima que el déficit de la Seguridad Social se situará en el 1,4% del PIB, alrededor de 16.000 millones de euros, lo que aboca al Gobierno a buscar recursos externos para cumplir con el pago las pensiones. Hasta ahora ha sido la hucha de las pensiones quien ha financiado los incrementos puntuales de las extras. Pero las continuas apelaciones al fondo lo han dejado en 15.000 millones desde los 67.000 millones con los que contaba en 2011.
Un préstamo insuficiente
En los Presupuestos de 2017, que están previsto que se aprueben a finales de este mes, el Gobierno ha cargado un préstamo de 10.193 millones para la Seguridad Social con la intención de no agotar en su totalidad el Fondo de Reserva.
Pero esta partida no será suficiente para cubrir el desfase y aliviar las tensiones de liquidez que se generen durante el ejercicio. Con lo que surge la duda de cómo el Gobierno cubrirá la desviación. El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, indicó la semana pasada que "esperaremos a ver la recaudación de junio y el avance de la recaudación del mes de julio a efectos de determinar la necesaria incorporación de una parte de ese préstamo".
En julio con los Presupuestos en vigor el Gobierno podrá disponer del préstamo del Estado para cubrir las necesidades. El año pasado dispuso de 8.700 millones de euros del Fondo de Reserva, pero en diciembre aumentan las necesidades de financiación y hace seis meses se elevaron a 10.500 millones.
Las cuentas del Ejecutivo no van cuadrando para que el préstamo de 10.193 millones sea suficiente para pagar las pensiones del ejercicio, sin quedar casi vacío el Fondo de Reserva, salvo milagro en la creación de empleo y un desplome en el gasto de pensiones.
El Gobierno espera recaudar este año 110.560 millones por cotizaciones sociales, lo que supone un incremento del 6,8% sobre los ingresos reales de 2016. A pesar del buen ritmo de las afiliaciones de la Seguridad Social en lo que va de año, la recaudación a cierre de abril solo sube un 4,34%, casi dos puntos y medio por debajo de lo previsto, que desviaría aún más el déficit a final de año de la Seguridad Social.
El año pasado con un gasto inferior del 3% en pensiones y un aumento de los ingresos por cotizaciones de otro 3% en julio, la Tesorería de la Seguridad Social tuvo que sacar 8.700 millones.
La AIReF ya contempla dos décimas extra sobre el déficit del 1,4% del PIB previsto por Hacienda. Es decir, otros 2.000 millones de agujero en las cuentas. El supervisor fiscal explica que la culpa es por las menores transferencias del Estado para financiar a los servicios de empleo, dependiente de la Seguridad Social, y la reducción de los intereses del Fondo de Reserva.
El Gobierno insiste que tiene todos los instrumentos a su disposición "para garantizar el pago de todas las pensiones de forma puntual, completa y segura". Ante situación previsible, los presupuestos contemplaban la suspensión del límite máximo de disposición del Fondo de Reserva fijado en la ley es del 3% para que la Seguridad Social se pueda seguir financiando extraordinariamente.