Economía

Merkel cierra mandato con un balance positivo de la economía

  • La Cámara de Comercio sitúa el crecimiento en el 1,8% para 2017

Las medidas económicas adoptadas por la Administración de Angela Merkel en sus casi 12 años al frente de la cancillería alemana han ido arrojando cifras económicas envidiables. La crisis de las hipotecas subprime, que sacudió con vehemencia a los países del sur de Europa, ha pasado rozando al país germano, pero sin desestructurar sus indicadores.

El de Merkel es uno de los liderazgos más fuertes que se han visto en la Unión Europea en las últimas décadas y su papel actual es imprescindible, independientemente de la dirección que tome la UE en el futuro tras la salida de Reino Unido (Brexit).

La canciller germana cataliza el descontento de los poderes fácticos con la llegada de Donald Trump al poder, debido entre otras cosas a su amenaza al libre comercio. Pero para que el engranaje funcione y tenga efectos, tanto fuera del país como en la propia Alemania, hay una pieza clave que se ha mantenido estable durante las dos últimas legislaturas.

Es el ministro de finanzas, Wolfgang Schäuble, quien desde 2009 ejerce su cargo y es parte nuclear de las decisiones que se toman. Es uno de los ministros de finanzas más estables y sus 2.777 días en el cargo (solo superados por Theodor Waigel en tiempos de la caída del muro de Berlín) dan cuenta de que las reformas que se han implantado, han conseguido una continuidad administrativa.

Fue ese mismo año en el que el PIB alemán experimentó un crecimiento negativo, para luego dar paso a sucesivos ejercicios de expansión. Otro valle se encuentra en 2013, con una tasa al alza únicamente de un 0,2%. A partir de ahí, del comienzo de la legislatura de la actual Gran Coalición, todo han sido subidas.

Para 2017 la Cámara de comercio alemana (DIHK) pronostica 1,8% de incremento, dos décimas más que lo inicialmente previsto. Una de las medidas que ha marcado esta última legislatura y por la que el Partido Socialdemócrata (SPD) aceptó gobernar junto a los democristianos es la implantación del salario mínimo en 2015. Se establecieron 8,5 euros por hora y se revalorizó en el siguiente ejercicio hasta los 8,84 euros en este momento.

Fomento de la natalidad

Otro de los retos ha sido fomentar la escasa natalidad. Alemania es uno de los países mundiales cuya tasa es más baja. Con 8,5 nacimientos por cada 1.000 personas, según datos del Banco Mundial, se acerca a niveles de Japón, Portugal y ahora también Grecia. Para estimular los nacimientos, la Gran Coalición ha aumentado la prestación que otorga a cada hijo nacido en territorio germano hasta los 200 euros mensuales, que podrá obtener hasta su mayoría de edad o, según el caso, hasta los 25 años.

En 2016 se llegó a la cifra histórica de 81,9 millones de habitantes, estadística en la que se incluye a los refugiados a los que se les ha concedido el asilo. Esto supuso que se compensase a la alza, debido a la inmigración, el balance entre nacidos y fallecidos, del que se obtenía una cifra negativa de unas 200.000 personas, ya que murieron más personas de las que nacieron. El continuado superávit estatal ha supuesto que se presupuestasen inicialmente 6.000 millones de euros para la acogida de asilados, cifra que, según el Instituto de Economía alemán (IW), aumentará hasta este año a unos 50.000 millones, a pesar de que han descendido las llegadas debido al acuerdo de acogida firmado con Turquía. Desde el Gobierno insisten en que se seguirá aumentando la partida para poder integrar a los que puedan quedarse.

Otra de las reformas que al Gobierno de Merkel aún le quedan por dibujar es la correspondiente al sistema de pensiones. Debido al alargamiento de la esperanza de vida han aumentado los planes de pensiones empresariales y los privados. La revalorización de las pensiones públicas de 2016, la más alta en 23 años, sentó las bases del fortalecimiento de un sistema mixto en el que se pueden desempeñar trabajos extra hasta 400 euros para completar las rentas, pero se debe establecer cómo puede sostenerse en el tiempo esta financiación estatal, pues, Alemania es un país muy envejecido.

Récord de empleo

El punto fuerte de la legislatura ha sido el desempleo, que en mayo bajó hasta el 5,6%. Ha sido el mejor mayo desde 1991 y, como ya es habitual, el país germano pulveriza sus propios récords mes a mes. Descienden en 53.000 el número de personas que cobran prestaciones por desempleo, pero aumentan en 97.000 quienes reciben ayuda social (Hartz IV).

El crecimiento alemán también va ligado a la flexibilización del mercado laboral. Así, el tope de 450 euros al mes por 51 horas de trabajo al mes (los llamados minijobs) se ha mantenido constantes desde el inicio de la legislatura y con la introducción del salario mínimo ha supuesto que, al percibir más salario por cada hora trabajada, las horas que se pueden trabajar bajo esta denominación disminuyan.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky