Economía

Dos escándalos dificultan la campaña de Renzi para la Presidencia italiana

  • El bullicio mediático pasa factura al PD de cara a los comicios de 2018
En la imagen, Matteo Renzi.

Debería haber sido un gran retorno a la escena política, el primer paso del largo camino hacia las generales de 2018. Pero este comienzo de campaña electoral se ha convertido en una carrera de obstáculos para Matteo Renzi. El antiguo primer ministro italiano ha vuelto a liderar el Partido Demócrata, resultando elegido secretario general en las primarias del pasado 30 de abril con más del 70% de los votos.

Sin embargo, dos escándalos le están salpicando, estropeando la consagración electoral que Renzi lleva buscando tras la derrota en el referéndum constitucional del pasado diciembre. El primero afecta directamente a su familia, con su padre Tiziano Renzi, investigado por tráfico de influencias. En febrero el progenitor del líder progresista fue acusado de haberse reunido con Alfredo Romeo, empresario encarcelado por haber corrompido a un funcionario de Consip, la sociedad pública que gestiona todos los contratos del Estado.

El problema pareció resolverse para Renzi unas semanas más tarde, cuando los fiscales descubrieron que algunas pruebas habían sido manipuladas por los Carabinieri. Pero la semana pasada la publicación del pinchazo telefónico de una conversación entre él y su padre volvió a poner en el centro del debate político italiano las dudosas relaciones empresariales de Tiziano Renzi y las posibles consecuencias sobre la carrera del hijo hacia la presidencia de Gobierno.

"Papá tienes que decir toda la verdad a los fiscales. Tienes que dar nombres y apellidos", dijo el líder progresista en marzo a su padre. "No quiero que me tomes el pelo y tú en el pasado no dijiste la verdad a Luca" dijo Matteo Renzi con referencia a Luca Lotti, su brazo derecho y ahora ministro de Deporte en el actual Gobierno de Paolo Gentiloni, añadiendo: "Estás arruinando una experiencia. Te procesarán, te pedirán tres años y yo dejaré las primarias".

Finalmente Matteo Renzi ganó las primarias de su partido, pero los negocios del padre y sus relaciones poco claras con empresarios y miembros del Ejecutivo (empezando por Luca Lotti) empañan la imagen del líder progresista.

Aunque el padre no es la única persona cercana a Renzi que se ha visto envuelto en un escándalo. Maria Elena Boschi, protegida de Renzi cuando era presidente de Gobierno, le creó a su medida el Ministerio de Reformas. Según afirma en su libro recién publicado Poderes casi fuertes, Ferruccio De Bortoli decano del periodismo italiano y antiguo director del Corriere della Sera y de Il Sole 24 Ore, en 2015 Boschi pidió al entonces consejero delegado de Unicredit, Federico Ghizzoni, que comprara BancaEtruria, entidad en apuros de la que el padre de Boschi era vicepresidente.

Una petición -indica el periodista- "inusual" por parte de un miembro del Gobierno. Ghizzoni, que no ha desmentido la revelación periodística, finalmente decidió no proceder con la operación. BancaEtruria, junto a otras tres pequeñas entidades problemáticas, tuvo que ser rescatada a finales de 2015 por un fondo participado por los principales grupos financieros italianos. Boschi, por su parte, desmiente la revelación del libro, que no fue investigada. Sin embargo, permanece su presunto compromiso cuando era ministra para rescatar el banco dirigido por el padre es un duro golpe a su imagen y a la de Renzi.

Los dos escándalos ofrecen al Movimiento 5 Estrellas, que sigue encabezando los sondeos, la ocasión de dejar a un lado sus problemas (empezando por la desastrosa gestión de la alcaldía de Roma) y arremeter contra Renzi. "Siempre lo hemos dicho, los conflictos de intereses del Gobierno de Renzi han mermado su capacidad de intervenir de manera correcta en banca", escribió el portavoz del M5S Beppe Grillo en su blog, pidiendo las dimisiones de Boschi (ahora secretario de Estado en el Gobierno de Paolo Gentiloni), al ser culpable de "haber mentido delante del Parlamento y de los italianos".

El PD pierde fuelle electoral

La campaña electoral acaba de empezar y no se sabe cuando va a terminar ya que el Parlamento todavía no ha aprobado la nueva ley electoral, después de que el Constitucional transalpino enmendara la anterior por su incompatibilidad con la ley fundamental transalpina. Lo único que parece cierto es que Renzi tendrá que cambiar de estrategia, sobre todo si quiere derrotar el M5S, el partido favorito con más del 30% en los sondeos.

De hecho, los dos escándalos que salpican a su círculo de familiares y colaboradores indican que algo en la renovación propuesta por Renzi ha fallado. Tal y como escribe De Bortoli en el capítulo de su libro dedicado a Renzi, bajo el titular La bulimia del poder personal: "Después de tres años de Gobierno, la imagen del político que quiere enviar al desguace la antigua clase dirigente se ha desvanecido".

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