
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró a bombo y platillo el pasado jueves la aprobación en la Cámara de Representantes de su propuesta de ley para derogar y sustituir el actual sistema de salud en Estados Unidos, más conocido como Obamacare. Sin embargo, dicha victoria se adelantó a los acontecimientos, ya que la propuesta está ahora en manos del Senado, donde los republicanos sólo cuentan con una mayoría simple, por lo que requerirán del apoyo demócrata, y no comulgan plenamente con el plan aprobado la semana pasada con 217 votos a favor y 213 en contra en la Cámara de Representantes.
La reticencia entre la Cámara Alta y la Casa Blanca quedó patente durante el fin de semana cuando la senadora Susan Collins, una republicana moderada de Maine y cuyo voto será crucial para que el proyecto acabe por convertirse en ley, aclaró que el Senado no adoptará la iniciativa de la Cámara Baja. "El Senado está comenzando de cero. Nosotros vamos a redactar nuestra iniciativa, y estoy convencida de que nos tomaremos el tiempo para hacerlo correctamente", sentenció durante su intervención en el programa This Week, de la cadena ABC.
Collins, junto al senador por Louisiana, Bill Cassidy, tienen como objetivo asegurar que los individuos con condiciones médicas preexistentes continúen teniendo la misma o una mejor cobertura médica. Ambos senadores han esbozado un plan alternativo, conocido como la Ley de Libertad del Paciente, que mantiene algunas de las protecciones incluidas en el Obamacare mientras se tratan de resolver algunos de problemas derivados por la reforma de salud aprobada por el expresidente Barack Obama en 2010.
Un proyecto conjunto
Desde la Administración Trump son conscientes de que la versión final que pueda llegar al Despacho Oval para ser rubricada por el presidente diferirá de la aprobada la semana pasada en el Congreso. Mick Mulvaney, director de presupuesto de Trump, estimó que dicho escenario forzará a ambas Cámaras del Capitolio a crear un proyecto de ley conjunto que las dos puedan apoyar. De ahí que la medida pueda tardar meses en llegarse a convertir en ley.
En estas circunstancias, el propio presidente urgió a los senadores republicanos a "no decepcionar al pueblo estadounidense". "¡Los senadores republicanos no decepcionarán al pueblo estadounidense!", tuiteó Trump, durante el fin de semana. "¡Las primas del Obamacare y los deducibles están bastante altos; fue una mentira y está muerto!", añadió el presidente de EEUU.