
La cumbre de los líderes europeos que se celebra este fin de semana en Bruselas servirá de preparativos para abordar las futuras negociaciones con Reino Unido sobre el Brexit. La carta de Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, al resto de mandatarios establece como una de las prioridades la frontera de República de Irlanda con Irlanda del Norte "para evitar una frontera dura".
El Brexit corre el riesgo de comenzar a desintegrar Reino Unido, tal como se le conoce hoy. Una de las derivadas de la salida de la Unión Europea del país es el impulso que toman las independentistas de Escocia e Irlanda del Norte. La baza puede ser aprovechada por Bruselas, según Financial Times citando a la misiva de Tusk, para presionar a Londres con la fragmentación del país.
Los diplomáticos europeos ya trabajan para pedir a los líderes que apoyen la idea en una cumbre este sábado. Irlanda del Norte seguiría así el ejemplo de la reunificación alemana en 1990, en una operación que reflejaría los términos del Acuerdo del Viernes Santo de 1998.
Este acuerdo permite un referéndum sobre la reunificación de Irlanda, donde empieza a haber razones para creer que una mayoría en la hoy provincia británica está a favor.
La carta de Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, enviada a los miembros del Consejo Europeo antes de la cumbre deja claro que Irlanda es una de las tres prioridades de la primera fase de las conversaciones del Brexit, junto con los derechos ciudadanos y la factura de salida de Reino Unido.
Prioridades
En la misiva Tusk señala que "para proteger el proceso de paz y reconciliación descrito en el Acuerdo del Viernes Santo, debemos tratar de evitar una frontera dura entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte".
Reino Unido e Irlanda se han comprometido a mantener el Acuerdo del Viernes Santo como co-garantes. Pero la creciente conversación sobre la reunificación irlandesa reforzará los temores de aquellos que en Reino Unido temen que el Brexit supondrá una ruptura del país. La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, ya ha pedido un referéndum de independencia de Escocia en dos años, en cuanto se haya completado el Brexit.
El problema de la frontera
Desde el Gobierno de May se intenta alejar los casos de Escocia con Irlanda del Norte. "La mayoría de norirlandeses apoyan la actual solución política, con la integración de Irlanda del Norte en Reino Unido", explica una fuente gubernamental al diario británico.
El Gobierno de Irlanda de Enda Kenny ha aprovechado la circunstancia del Brexit para demandar que Bruselas sitúe en la agenda de las negociaciones una Irlanda unificada. Según el periódico, el líder de centro derecha se encuentra al borde de la dimisión para preparar su sucesión y está intentando apuntalar su legado político con una relación clara de Irlanda con sus vecinos del norte. Dublín quiere evitar a toda costa una "frontera dura" que pone en juego 1.200 millones de euros a la semana en transacciones comerciales.