
Los ministros de Economía y Finanzas así como los gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los 20 optaron el viernes por no emitir su habitual comunicado al término de su encuentro en Washington. Una decisión que tuvo como objetivo evitar tensar la cuerda entre Alemania, principal abanderada de la globalización, y Estados Unidos, donde las intenciones de la administración de Donald Trump viran implícitamente en dirección contraria.
Sin embargo, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, matizó al término del encuentro que "hubo un amplio consenso" en que "el proteccionismo sería nefasto para la economía mundial". Un tanto a favor para el gobierno alemán, que asume la presidencia de turno del G-20, y que se mostró abierto a la posibilidad de alcanzar una solución "sin confrontaciones" con EEUU en lo que a materia comercial se refiere.
La influencia del secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, se dejó notar cuando Schäuble incidió, como vienen haciendo los altos funcionarios del Fondo Monetario Internacional en estas reuniones de primavera, que el crecimiento debe ser "equitativo", en un momento en que las perspectivas son "prometedoras". Dicho esto, advirtió que "si no se hacen más esfuerzos veremos un mayor proteccionismo y más países se alejarán de la globalización".
En este sentido, Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank, añadió que "el aumento de la desigualdad pone presión sobre el crecimiento potencial" y como resultado "la gente se vuelve más desencantado con la globalización". Aún así reconoció que "casi todos" los asistentes respaldaron la importancia "del acceso al libre mercado?, un mensaje que respaldó la idea de que las discordancias con la administración Trump se disipan. Al menos de forma momentánea.
En esta ocasión no hubo un comunicado conjunto del G20, como es tradicional, después de la polémica desatada en la última reunión ministerial celebrada en Baden-Baden, Alemania, hace cinco semanas por la supresión de una frase en la nota en la que se rechazaban las medidas proteccionistas.
Esta eliminación fue impulsada por la delegación estadounidense encabezada por Mnuchin, en su primera participación en una cumbre ministerial y en sintonía con la agenda de nacionalismo económico defendida por Trump. Schäuble reconoció que en Baden-Baden hubo "ciertos problemas de comunicación", pero subrayó que en esta ocasión todos los participantes habían destacado los beneficios de economías abiertas y el comercio global.
Uno de los aspectos criticados públicamente por funcionarios de la administración Trump, como el superávit por cuenta corriente de Alemania o el tipo de cambio del euro, no causaron fricción ya que no formaron parte de las conversaciones en las reuniones mantenidas en la capital estadounidense.