
A partir de julio vuelven a revalorizarse las pensiones en Alemania. Tras la subida de 2016, la más alta en 23 años, en este ejercicio aumentarán un 1,9% en Alemania occidental y un 3,59% en los Länder del este, aún no equiparados económicamente a sus vecinos del oeste. Son más de 25 millones los pensionistas en Alemania y el envejecimiento poblacional cada vez es más evidente en las pirámides demográficas.
Con la implantación de la Agenda 2010 por parte de los socialdemócratas y los Verdes se legalizaron los minijobs, pequeñas ocupaciones exentas de cotización. Actualmente hay más de siete millones de minijobs en el país germano y este "agujero" en la contribución al seguro de retiro, unido a la longevidad, está provocando que el sistema público de pensiones se empiece a debilitar.
Otra de las consecuencias a largo plazo es la pobreza durante la vejez. Por eso ahora el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, en cooperación con el de Finanzas, ha aprobado un plan para el refuerzo de los planes de pensiones en las empresas que entrará en vigor a finales de abril. La nueva medida refuerza la idea de los tres pilares en los que se basa el retiro en Alemania: pensiones públicas, planes de pensiones privados y planes de pensiones ofrecidos por las empresas a sus trabajadores. Esta suma de variables podrán combinarse para garantizar la pensión de quienes se jubilen con la edad estándar de 67 años o, en su defecto, los 63 si se han cotizado previamente 45.
Uno de los problemas al llegar la edad de retiro en el país germano es que no se hayan alcanzado el mínimo de años a cotizar. Si es así, los jubilados pueden desempeñar otra ocupación complementaria y ganar hasta 400 euros más para completar la renta. Otra opción es solicitar una ayuda social o Hartz IV. Los subsidios cubren en torno al 70% de media de lo aportado previamente. Dado que en muchos casos es insuficiente si la persona no tenía un buen sueldo, tres quintos de la población ocupada se ha acogido al plan de pensiones de su empresa. En estos planes se suele invertir entre el 3 y el 15% del salario bruto mensual.
La legislación aprobada ahora pretende incentivar que estos planes de jubilación empresariales se extiendan al entorno de las pequeñas y medianas empresas. La base de este tipo de sistema es el ahorro, a diferencia de los planes de pensiones privados, que tienen que garantizar una renta mínima.
Bajo esta heterogeneidad en el retiro, también conviven varios planes de pensiones impulsados por el gobierno del socialdemócrata Schröder. Son las reformas Riester y Rürup. El primero data de 2001 y se considera como un sistema de contribución voluntaria para el que se obtienen incentivos fiscales, potenciando también los fondos de pensiones. Por su parte, el sistema Rürup cubriría las profesiones y también a los autónomos (que no están obligados a contribuir al seguro de pensiones). La aportación puede elevarse hasta los 20.000 euros por año. Estos dos sistemas son compatibles fiscalmente.
Según datos de la Oficina Federal de estadística, el 15% de los jubilados de Alemania están en la brecha de la pobreza y en riesgo de exclusión social. Para intentar dilapidar esta desigualdad el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales quiere dejar aprobado un nuevo modelo antes de que finalice su mandato con las elecciones a la cancillería del 24 de septiembre.