Economía

Trump mueve ficha en Siria instigando su primera crisis con Rusia e Irán

  • Ha bombardeado una base militar en Siria en respuesta al ataque químico
  • Nadie reconoce la autoría de dicho ataque sobre Ibdil

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cambió el jueves su línea argumental sobre Siria al ordenar un ataque contra una base aérea controlada por las fuerzas del presidente sirio, Bashar al Assad, en represalia por un ataque químico lanzado desde dicha localización el pasado martes, que causó al menos 70 víctimas mortales.

La decisión que supone un giro importante para el mandatario estadounidense, quien reiteró hasta la saciedad durante su campaña electoral que Rusia era el encargado de lidiar con el gobierno sirio y Assad el responsable de acabar con ISIS.

Una idea que se esfumaba momentáneamente al igual que el pilar ideológico del propio republicano, con aquello del América Primero quedando relegado a un segundo plano para lidiar con lo que Trump calificó como un "ataque bárbaro". "Ningún hijo de Dios debería sufrir esta clase de horrores", señaló en su mensaje a los estadounidenses tras llevar a cabo este limitado ataque.

Sin embargo, esta situación descabala antes de tiempo la relación entre la Casa Blanca y el Kremlin y eleva las tensiones geopolíticas en un momento en que la administración Trump está a punto de cumplir sus primeros 100 días de gobierno. "La acción agrega una complejidad a la geopolítica que no existía antes, dado el apoyo de Rusia a Siria y las promesas pre-electorales de Trump sobre tratar de reparar las relaciones con (el presidente ruso Vladimir) Putin", alertó Michael Hewson, analista de CMC Markets, en un informe a sus clientes.

La reacción rusa no se hizo esperar, con el Kremlin defendiendo al régimen de al Assad al afirmar que el gobierno sirio no ha bombardeado a su propia gente con armas químicas y reiterando que la operación de Washington tensará aún más las malas relaciones entre la Casa Blanca y Rusia.

Los aliados de EEUU en Europa y Oriente Medio apoyaron la decisión de Trump, pero Dmitri S. Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin dijo que el ataque estadounidense, que se produjo en respuesta a un ataque con armas químicas en la provincia de Idlib el martes representa un "golpe significativo" a los lazos americano-ruso. Irán, el principal aliado de Rusia en la región, también criticó el ataque estadounidense, que dejó seis muertos, según el ejército sirio. Un portavoz militar sirio calificó el acto como "una agresión flagrante".

¿Qué ocurrirá a partir de ahora?

Dicho esto, la pregunta es qué ocurrirá a partir de ahora ya que los 59 misiles Tomahawks de Washington lanzan un mensaje claro al Assad y al Kremlin pero ocurren en un momento delicado donde aliados como Reino Unido, Francia o Turquía atraviesan sus propias tensiones políticas domésticas.

Los expertos indican que Assad responderá de alguna manera. Quizás no con ataques directos contra las fuerzas estadounidenses pero buscando mermar intereses americanos en la zona. Su respuesta seguramente será inesperada por lo que Washington tendrá que prestar atención y saber responder de forma inmediata. Al mismo tiempo, la respuesta de Putin será más velada pero no por ello menos severa. Casos como Libia o Ucrania así lo demuestran.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró el jueves que Rusia es bien "cómplice" o bien "incompetente" a la hora de lidiar con Siria. Salvo que la actual situación provoque cambios en la agenda, está previsto que Tillerson viaje a Moscú el próximo 12 de abril para reunirse con su homólogo, Sergey Lavrov, y otros funcionarios rusos. En el comunicado que acompañó el anuncio de esta visita, el máximo diplomático estadounidense avisó que "aquellos que defienden y apoyan, incluyendo Rusia e Irán, no deberían hacerse ilusiones sobre Assad o sus intenciones". "Cualquiera que use armas químicas para atacar a su propia gente muestra un desprecio fundamental por la decencia humana".

Aún así, la situación en Siria sigue siendo un avispero geopolítico. Assad ha tenido el apoyo Hezbolá, de Irán, milicias iraquíes y Rusia. Los rebeldes han contado con el respaldo de Turquía, occidente, algunos estados del Golfo pero también de Al-Qaeda e ISIS. Con el ataque de Washington, Trump toma posiciones contra Assad pero entra a formar parte de un complejo contexto en la región.

Algunos expertos señalan que más acciones militares por parte de EEUU podrían debilitar al régimen de Assad y darle nueva vida a los rebeldes para retomar el territorio, una situación que acabaría por prolongar una vez más la violencia. Esto traería consigo más caos, un contexto propicio para que ISIS pueda ganar influencia, mientras más sirios no tendrían más opción que abandonar el país agravando aún más la crisis de refugiados.

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