
México y España tienen una relación complementaria: el país latinoamericano ofrece un mercado de 120 millones de consumidores, en su mayoría jóvenes, mientras España es un país de renta alta que ha enviado inversiones por más de 52.000 millones de euros.
La integración tiene un punto a favor que pocos países pueden presumir a 10.000 kilómetros de distancia: las dos naciones comparten idioma y rasgos culturales a un grado que pueden considerarse hermanos. "Hay un factor que resulta esencial: cualquier español se siente en casa en México y cualquier mexicano se siente en casa en España", asegura el embajador de España en México, Luis Férnandez-Cid de las Alas Pumariño, durante un entrevista con elEconomista, en el marco del 40 aniversario de la reanudación de relaciones bilaterales.
¿Cuál es el futuro de la relación entre México y España?
La relación entre ambos países es de íntima cercanía, de compartir historia, causas, gentes y principios comunes. Con esta base, tenemos un futuro prometedor por delante. Desde hace 500 años estamos viviendo juntos y compartimos muchas cosas. Tenemos una implicación a todos los niveles desde el punto de vista cultural, económico y comercial.
¿En qué debe poner el acento España en la interacción con México?
Hay un tema muy importante: la función de las embajadas. Quienes estamos al frente de ellas tenemos como misión hacer el diálogo entre los dos países lo más fluido posible. En materia académica, el año pasado había más de 4.000 mexicanos matriculados en el sistema de educación española. Tenemos un programa de convalidación de títulos superiores mexicanos en España que funciona muy bien. Tenemos que seguir haciendo todo lo posible para que el intercambio académico sea mayor. Desde el punto de vista cultural, el intercambio abarca también la participación en distintas ferias, como la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde Madrid será la invitada el año que viene, o el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, que celebra las letras españolas.
¿Cuáles son los retos para lograr una cooperación económica más entretejida?
Tenemos una misión muy importante y es que la relación entre España y México sea cada vez una asociación más paritaria. España es el segundo inversor extranjero en México, sólo después de los Estados Unidos. Tenemos un stock acumulado de inversión de más de 52.000 millones de euros. México es el sexto inversor mundial en España y aunque está en unos 22.000 millones, si tomamos los flujos de inversión de los últimos años, vemos que se asimilan bastante. Esta relación es sana y es uno de los elementos en los que tenemos que trabajar.
¿Qué papel juegan las normas y la regulación en esta integración?
La homologación de normas se defiende en el mercado internacional y alinearse a esos estándares ayuda de manera importante al comercio y las interacciones económicas entre países. En este sentido, la modernización del Tratado de Libre Comercio entre la UE y México es un reto importante y España está empeñada en la rápida finalización del proceso. Este tratado data del año 2000, pero la economía y el mundo han cambiado mucho y hay considerar nuevos factores para aprovechar la dinámica de España.
¿Qué sectores son más potentes en el intercambio comercial?
México, con 120 millones de habitantes, es una potencia en sí misma: es un gran cruce de caminos en todos los sentidos con muchas oportunidades. El país azteca tiene un sector empresarial activo, potente y dinámico, tanto en las nuevas tecnologías como en el área espacial y el sector automovilístico. Por su parte, España es un punto geográfico importante: es la puerta de entrada a la Unión Europea, el Mediterráneo y el Norte de África. Además, tiene empresas muy avanzadas en el mundo tecnológico y una red de infraestructura que permite el desarrollo de la actividad económica de una manera muy fácil y óptima. Ambos países ofrecen oportunidades a quien quiera invertir.
¿Cómo es la naturaleza de esta integración económica?
Ambos somos sólidos inversores. En México hay más de 5.800 empresas españolas instaladas, lo que muestra la fortaleza de nuestras relaciones. No sólo llega a México la gran constructora o el gran banco, también aterriza el pequeño inversor que abre un negocio. La inversión española está extendida por toda la geografía mexicana y obedece al concepto ortodoxo de la Inversión Extranjera Directa, es decir, llega al mercado, se instala y genera riqueza de manera permanente. La inversión española crea empresa, puestos de trabajo, paga impuestos, participa en la dinamización de la economía del país y, además, transfiere conocimiento, tecnología, buenas prácticas...
¿Qué papel juega la diplomacia para apoyar a que las instituciones permanezcan sólidas ante los cambios políticos?
Se han roto algunos paradigmas políticos en distintas sociedades y países. Vemos lo que ocurrió en EEUU, tuvimos unas consultas en Reino Unido con resultados que no se esperaban y todavía quedan las elecciones en Francia o Alemania. Los medios de comunicación se han convertido en instrumentos que cada ciudadano tiene para comunicarse y trasladar opiniones e ideas. Los gobiernos deben tener esto en cuenta para ser proactivos, reaccionar a exigencias, necesidades y peticiones de la sociedad que van cambiando día a día. Eso convive con relaciones internacionales.
¿Cómo ha sido la construcción de la relación entre España y México?
En 1977, cuando se reanudaron las relaciones bilaterales, se creó la Comisión Binacional entre España y México, que es el foro en que cada dos años nos reunimos en el nivel institucional más alto para hacer un repaso nuestra relación, de retos, de dónde podemos avanzar, corregir, sacar la máxima eficiencia.