
La fuga de los depósitos en Grecia vuelve a ser noticia. Esta situación ha llevado al banco central del país a elevar el techo de liquidez de emergencia disponible para las entidades crediticias, justo ahora que las conversaciones sobre el rescate están estancadas. Este contexto hace que los ahorradores teman una reedición del drama de 2015 que puso al país al borde del derrumbe económico, por lo que muchos griegos están optando por sacar su dinero de los bancos. | El Eurogrupo acuerda intensificar las negociaciones del rescate griego desde Bruselas
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo no puso objeciones a la solicitud del Banco de Grecia para elevar el techo de la Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA por sus siglas en inglés) que pone a disposición de las entidades crediticias griegas 46.600 millones de euros.
El incremento ha sido de 400 millones de euros y "refleja la situación de escasa liquidez de los bancos griegos y toma en cuenta los flujos de depósitos del sector privado", ha asegurado el banco central del país. Aunque no lo han reconocido, ese flujo de depósitos está siendo negativo.
Las salidas de este año hasta este jueves sumaron alrededor de 3.600 millones de euros, según una persona familiarizada con el tema. Se puede observar un flujo de salidas de fondos hacia cuentas en bancos extranjeros, sostiene esta fuente, que pidió que no se revelara su identidad porque la información no se ha hecho pública.
Este panorama es diferente al de hace un año. El sector financiero de Grecia presentó entradas netas de dinero en 2016, cuando la confianza de los ahorradores en la solvencia de los bancos comenzó a restablecerse de forma gradual.
Ahora que las conversaciones están totalmente atascadas las cosas han cambiado de forma rápida de un día para otro. El Banco de Grecia había rebajado el techo del ELA en 100 millones de euros apenas dos semanas atrás.
Conversaciones de rescate
Las negociaciones entre los auditores del rescate griego y el ministro de Finanzas, Euclid Tsakalotos, respecto de las condiciones de los préstamos de emergencia del país no han logrado hasta todavía a una conclusión satisfactoria, lo que prolonga un estancamiento que vuelve a poner en peligro la solvencia de Grecia con sus acreedores. La incertidumbre afecta la actividad económica y amenaza con frustrar las esperanzas de recuperación para este año.
El ELA es un recurso de liquidez temporal que supone un recargo adicional de intereses de 150 puntos básicos en comparación con las líneas de financiación regulares del BCE. Tomar crédito en esos términos eleva los costes de las golpeadas entidades bancarias del país.
Aunque con este aumento del techo del ELA se corre el riesgo de afectar la confianza de los agentes griegos, dejar que la liquidez escasee podría obligar al banco central a endurecer los controles de capital que se establecieron en el verano de 2015, cuando el primer ministro Alexis Tsipras anunció un referéndum que llevó a los griegos a hacer fila frente a los cajeros automáticos.