Economía

Las antiguas colonias británicas dejarán de 'endulzar' la vida de los europeos 300 años después

  • Los países europeos podrán producir azúcar de remolacha sin límites
Foto de Getty

La Unión Europea está muy cerca de eliminar los límites de producción de azúcar derivada de la remolacha. Este cambio que entrará en vigor en octubre podría expulsar del mercado el azúcar que producen varios países caribeños derivada de la caña (tienen ciertos privilegios comerciales por haber sido para del Imperio Británico), una relación comercial de siglos que podría desaparecer en favor de los agricultores franceses y alemanes, principales productores de remolacha de Europa.

Las plantaciones de países como Jamaica, Belice o Mauricio, que desde el siglo XVII han endulzado la vida de una buena parte de los europeos a través de la exportación de azúcar, podrían dejar de hacerlo de forma inmediata, como destacan desde el portal financiero Bloomberg.

Más de trescientos años después, Europa está cerca de dar un golpe demoledor a una relación comercial que otrora representó casi una quinta parte de las importaciones totales del Viejo Continente, y ha sostenido a los agricultores de caña de azúcar de países en desarrollo.

Un cambio paulatino

Poco a poco, los países que han sido tradicionalmente proveedores de azúcar para le Reino Unido y Europa han ido perdiendo peso. También es cierto que han irrumpido grandes potencias en este campo como Brasil, que es el mayor productor de azúcar de caña del mundo, seguido por India y ya muy lejos por Tailandia. 

Respecto al azúcar de Remolacha, la Unión Europea es el gran productor mundial, con Francia y Alemania a la cabeza. Rusia y EEUU ocupan el segundo y tercer lugar en la producción de esta materia prima, pero a años luz de la Unión Europea.

La decisión de la Unión Europea para eliminar los límites de su propia producción de azúcar de remolacha a partir de octubre significará probablemente una menor demanda de caña cultivada en Jamaica en el Caribe, en la isla de Fiji, en el Pacífico, y en Swazilandia, en el sur de África. Estos países producen azúcar de una forma poco eficiente que termina repercutiendo en el precio.

"Dentro de una década más o menos, puedo vislumbrar que el el azúcar sin refinar del Caribe importado por Europa será simplemente un asunto histórico", asegura David Jessop, asesor de empresas y gobiernos sobre el comercio y la inversión en la región del Caribe. "El desafío desde la perspectiva caribeña es lo que pueden hacer para intentar asegurar el futuro de su industria".

La intrahistoria

Jamaica, Belice y Mauricio formaban parte de un grupo de más de 10 naciones que se beneficiaron de determinadas cuotas fijas y libres de impuestos para 1,6 millones de toneladas métricas azúcar sin refinar que ha ido directamente a la UE durante años. Esta cantidad, que puede variar de año en año, representó alrededor de la mitad de las importaciones de esta deliciosa materia prima por parte del bloque europeo.

Sin los privilegios actuales de estos países, las plantaciones de caña pueden tener problemas para competir contra los productores de remolacha de la UE que están aumentando su productividad y las economías escala. La producción europea podría expandirse hasta un 17% y las importaciones se reducirían alrededor de la mitad con los cambios, dice Rabobank.

Fiji, Mauricio, Belice y Guyana han estado enviando alrededor del 80% de sus exportaciones de azúcar a la UE, y Jamaica al menos el 60%, según un informe de 218 páginas de LMC International, financiado por el bloque comercial.

Los elevados costes en los que incurren algunos países, producto de su baja productividad, es otro problema importante. Belice y Guyana producen menos de 6 toneladas de azúcar por hectárea cultivada, en comparación con las 10 toneladas que producen países como Brasil. El azúcar de caña que envían a Europa es posteriormente refinado, y cerca de un tercio pasa al Reino Unido. 

"No es que queramos dejar atrás a esos proveedores", sostiene Gerald Mason, vicepresidente primero de asuntos corporativos de la refinería Tate & Lyle Sugars, con sede en Londres. "Pero si Europa ha hecho que el mercado del azúcar blanco sea realmente competitivo, tenemos que tener acceso a suministros más competitivos (más baratos)".

Los productores corren el riesgo no sólo de perder su mercado más importante, sino de afrontar nuevas exportaciones muy competitivas de los productores europeos, impulsando la oferta del mercado y reduciendo los precios.

"Será una cuestión de supervivencia del más apto", sentencia Devesh Dukhira, máximo responsable ejecutivo de Mauritius Sugar Syndicate, una asociación de productores de Mauricio. "La competencia se volverá mucho más dura y el precio bajará".

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky