La diferencia entre el volumen de entradas y salidas en Reino Unido se redujo en un 18% en los tres meses transcurridos hasta septiembre, lo que deja el umbral total por debajo de los 300.000 por primera vez en dos años.
La denominada red de migración o saldo migratorio, que abarca un trimestre, cayó a 273.000 en los primeros tres meses íntegros posteriores al referéndum de salida de la Unión Europea, debido principalmente a un alza de la emigración.
Sin bien los expertos consideran que es prematuro vincular esta evolución al Brexit, hay una tendencia clara entre los ciudadanos de Europa del este, cuyo éxodo de tierras británicas aumentó un tercio desde la votación del 23 de junio, hasta las 39.000 personas, según el informe publicado ayer por la Oficina Nacional de Estadística.
Los europeos, a la espera
El balance es significativo para un país que votó salir de la Unión Europea con la promesa de recuperar el control sobre la inmigración. A la espera de que el Gobierno facilite una solución para los millones de ciudadanos comunitarios que residen en las islas, los datos revelan también el apetito de estos por proteger su estatus.
El pasado año, el número de aquellos a quienes se les garantizó la ciudadanía británica alcanzó el segundo nivel más elevado desde que existen los registros. Los procedentes del bloque inicial de 14 países, entre los que se encuentra España, batieron el récord en un solo año.